Ser consciente y hacerlo, es una gran decisión dados sus múltiples beneficios, explica experta del CETYS
MEXICALI.- Las habilidades de distinguir, nombrar, percibir, reconocer, entender y reaccionar a los sentimientos propios y de los demás, así como de expresarlos y controlarlos de manera apropiada, conforman lo que se conoce como inteligencia emocional.
Todas las personas, en cualquier etapa de su vida pueden desarrollar inteligencia emocional, y de hecho, hacerlo es una de las mejores decisiones que pueden tomarse, dados sus múltiples beneficios, señaló la Mtra. Alma Gurrola Romero, instructora del curso en Inteligencia Emocional ofrecido por el departamento de Educación Continua de CETYS Universidad Campus Mexicali.
El entorno, añadió, es fundamental para definir el alcance que cada persona logrará en el desarrollo de estas habilidades emocionales. “Por ejemplo, para un niño es muy importante tener padres presentes que gestionen sus emociones y que faciliten la conciencia. También es importante el contexto cultural, pues a través de las normas y patrones de conducta en cada cultura se define lo que es normal o apropiado”.
Durante la adolescencia tardía y la adultez, desarrollar la inteligencia emocional tiene múltiples beneficios que impactan diversos ámbitos de la vida, por ejemplo:
A nivel personal
- Mejora el autoconocimiento y la toma de decisiones
- Disminuye el estrés y mejora las relaciones con los demás
- Reduce la ansiedad y ayuda a superar la depresión
- Aumenta la motivación y ayuda a alcanzar metas
A nivel laboral
- Disminuye el síndrome de burnout
- Mejora la comunicación y el clima organizacional
- Impulsa la confianza, iniciativa y el control emocional
- Manejo de conflictos grupales de manera eficaz y eficiente
¿Cómo reconocer cuándo y qué nivel se tiene de inteligencia emocional?
La inteligencia emocional se integra por 5 competencias: autoconocimiento, autorregulación, automotivación, empatía y relaciones eficaces. La forma más sencilla de identificar a alguien que la ha desarrollado es observando en su conducta algunas actitudes específicas que caracterizan a este conjunto de habilidades, como su autocontrol, autorregulación y empatía.
“Cada una de estas habilidades requiere hasta cierto punto de las otras, o bien, una sirve de base para otra. Aunque todas son necesarias, puede que no sean suficientes; es decir, poseer una competencia de inteligencia emocional no garantiza que se desarrollen las aptitudes asociadas, y aunque la lista general es aplicable a nivel personal, en el campo profesional se requiere desarrollar aptitudes diferentes y específicas dependiendo del puesto que se desempeña”, concluyó la especialista.