De acuerdo con la cadena filipina ABS-CBN, el incidente también hirió a 81 personas, incluidos 65 civiles, 14 soldados y 2 policías.

MANILA.- Al menos 20 personas murieron y otras 81 resultaron heridas la mañana de este domingo tras explotar dos bombas en una iglesia católica de la ciudad de Joló, extremo sur de Filipinas, informaron autoridades locales.

Las explosiones ocurrieron en la Catedral de Joló, la primera en el interior cuando se desarrollaba la misa y la segunda en el estacionamiento, cuando las tropas respondieron para auxiliar a los heridos que causó el primer estallido.

De acuerdo con la cadena filipina ABS-CBN, el incidente también hirió a 81 personas, incluidos 65 civiles, 14 soldados y 2 policías, dijo el superintendente jefe Graciano Mijares, de la Región Autónoma, en la policía musulmana de Mindanao.

Mijares dijo anteriormente que había 27 muertos, pero corrigió esto más adelante, citando cifras dobles en el informe anterior. 





Agregó que los militares y el gobierno local condenaron el acto de terrorismo, que ocurre días después de que fue aprobada la creación de una nueva región liderada por musulmanes en el sur de Joló.

Las explosiones se producen menos de una semana después de que los votantes aprobaran de manera decisiva una nueva región liderada por musulmanes en el sur.

CONDENAN ATAQUE

El secretario general de la Organización de Cooperación Islámica de 57 naciones, Yousef Al-Othaimeen,  expresó su "profunda indignación" ante el ataque terrorista de este domingo.

Él dice que la OCI rechaza firmemente todas las formas de violencia, extremismo y terrorismo, independientemente de sus fuentes o motivos.

Por su parte, el Papa Francisco señaló el "más firme reproche" por los atentados y pidió a los responsables que cambien de actitud.

También oró por los muertos y los heridos durante su bendición del domingo, entregado desde Panamá, donde está terminando un festival juvenil.

El Papa dijo que el "ataque terrorista" fue el último en golpear a la comunidad cristiana en Filipinas.

Expresó "el reproche más firme por este episodio de violencia". Llamó a la paz, a los responsables de cambiar sus costumbres y a la convivencia serena para los filipinos.