A una semana de la llegada masiva de miles de centroamericanos comenzaron los disturbios. Los inconformes alegaban inocencia de sus compañeros.

Redacción/ HIPTEX

TIJUANA.- Decenas de centroamericanos se opusieron al arresto de cuatro jóvenes de la caravana migrante que presuntamente fumaban marihuana a las afueras del albergue temporal de la unidad deportiva “Benito Juárez”, en la Zona Norte. Trataron de impedir que se los llevaran detenidos.

La inconformidad se extendió durante más de media hora e incluyó el “rescate” de dos por un extenso grupo de migrantes y su fallido intento de resguardo, cuando buscaron sin éxito introducirse al albergue aún cuando ya estaban esposados.

También el bloqueo de la patrulla de la Policía Municipal que llevaba detenidos a otros dos, por parte de decenas de centroamericanos que argumentaban que sus compañeros no fumaban y se le pusieron enfrente a la unidad para impedir que se desplazara.

Finalmente, tras un fallido intento de diálogo por parte del supervisor en turno, la patrulla 0437 de la Policía Municipal comenzó a avanzar poco a poco con la escolta a pie de algunos elementos encabezados por Mario Martínez Martínez, director de la Policía Municipal, quien se trasladó al lugar.

A los dos que buscaron ingresar al albergue para resguardarse, les fue negada la entrada y permanecieron ahí, donde los buscaría nuevamente la Policía Municipal.

En la transmisión en vivo de HIPTEX se puede constatar que esos dos jóvenes permanecieron esposados durante varios minutos al pie del módulo de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) en la zona.





La intención por parte de los elementos de la Policía Municipal era complementar el arresto de los cuatro, presentarlos ante el juez calificador y llevarlos a la estación migratoria del Instituto Nacional de Migración, ubicada en San Antonio de los Buenos para su deportación, como se ha concretado ya con 80 centroamericanos.

Esposados uno con otro, los dos jóvenes alegaban inocencia mientras compañeros suyos pedían pruebas bajo la mirada de elementos municipales, hasta que intentaron huir con dirección al interior del albergue.

“¡Que los suelten!, gritaban sus aliados pidiendo evidencias. “Ellos no fuman marihuana, cuando fuman nosotros mismos los agarramos y los entregamos”, insistían.

“En vez de ayudarnos nos están chingando, cómo es eso”, dijo una de las mujeres inconformes con la detención.

“Nosotros venimos de un país donde no creemos en autoridades, por eso nos venimos de Honduras, no confiamos en nadie.” “Policías municipales han venido a sacar personas y no vuelven aquí”, agregó. (lgs)