Padre de cuatro hijos, no tenía enemigos y sí muchos proyectos en puerta. En 2018 cocinó paella junto a otros chefs para 3 mil integrantes de la Caravana Migrante.

Redacción/ HIPTEX

TIJUANA.- Un hombre altruista, de familia, con mucha alegría por vivir y grandes proyectos; sin enemigos y que quería dejarle a Tijuana un poco de su patria. Así era el chef Felipe Antonio Díaz Zamora, radicado en la ciudad desde hace 9 años y asesinado aquí el domingo reciente.

Su esposa, ahora viuda, Ariadna Martínez Magaña, lo definió de esa manera al declararse consternada por el deceso del padre de sus cuatro hijos, que ahora lo hacen “con Dios, siendo amado”.

Martínez Magaña brindó atención a medios de comunicación el mediodía de este martes afuera de las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo), donde esperaba recuperar pertenencias del también restaurantero, actor y cantante de flamenco cuyo cuerpo probablemente tendría que reconocer este mismo día.

La Guardia Estatal de Seguridad e Investigación reportó el homicidio de  un masculino sin identificar, de 35 a 40 años de edad con lesiones de arma de fuego a las 19:22 horas del domingo.

El cuerpo sin vida fue encontrado en posición decúbito dorsal sobre un camino vecinal de terracería ubicado entre un cerco de malla y un vehículo encendido tipo pick up marca Ford. Ocurrió en la avenida del Faisán número 6820, Colinas del Sol. Era el chef Felipe Antonio en el terreno donde construía la casa para su familia.

“Yo no sé lo que sucedió ni sé por qué lo asesinaron, es algo que uno no se espera”, dijo la mujer oriunda de Sonora.

Señaló que le parece imposible que su esposo alegre y sin enemigos, haya sido víctima de homicidio.

El chef Felipe Antonio Díaz Zamora había participado en la posada migrante en 2015 y al lado de otros profesionales culinarios repitió la hazaña en 2018 durante lo más álgido de la caravana migrante, cocinando paella para unos 3 mil centroamericanos.

Esa vez Felipe no sólo cocinó, también cantó y dio muestras de solidaridad hacia la comunidad migrante. Aprovechó para hablar de la migración y las bondades de Tijuana.

Esa gente viene aquí a un cambio, pero hay un futuro, hay muchas cosas buenas. Si lo saben aprovechar y son gente dedicada y hacen cosas buenas, van a salir adelante, a flote, declaró ese día.

Se refirió a los centroamericanos reunidos en ese espacio como su familia y recordó que en España los domingos son de paella y significan toda la familia junta.

“Todos son mi familia y estoy recordando esos momentos en casa con mi abuelita, mi abuelito, cuando nos juntábamos todos”, asentó.

Quizá esas acciones son las que dan pauta a Ariadna para recordar a su esposo como una persona muy dulce y muy querida, que siempre daba una mano al que estaba al lado y cuya muerte debe ser esclarecida hallando justicia. (lgs)