“Cada mañana ‘San Andŕes’ busca redimir a México”, pero el país ya no necesita héroes redentores en Los Pinos.

Redacción/ HIPTEX

TIJUANA.- El verdadero talón de Aquiles de su gobierno es el analfabetismo económico, la ignorancia económica del presidente, señaló la académica y politóloga Denise Dresser sobre la administración federal que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador.

En su ponencia en el desayuno mensual de Coparmex indicó que el riesgo no es su populismo sino su ignorancia sobre cómo funciona el Estado, cómo se arma un presupuesto, sobre el vínculo entre certidumbre e inversión, política social e informalidad. Un gobierno cada vez más unipersonal con datos sustituidos por corazonadas.

Carlos Urzúa, ex secretario de Hacienda, se fue y dijo en su carta de renuncia que el problema de este gobierno es el voluntarismo que se refleja en cómo se desinstitucionaliza a México; sin defender a instituciones de mal desempeño, pero que son necesarias, mejorables y perfectibles.

Se construye un sistema político donde todo vuelve a girar sobre el presidente que como párroco frente a feligreses cita la biblia, se para en un púlpito desde donde evangeliza en cada “mañanera”.

Se ve a sí mismo como guía espiritual, agregó Dresser. La mañanera no es tributo a la transparencia sino homilía, donde se cuela la personalidad del predicador que forja lazo emocional mediante la gesta heroica y la fe.

“Cada mañana ‘San Andŕes’ busca redimir a México”, pero el país ya no necesita héroes redentores en Los Pinos.

El llamado de Dresser Guerra fue claro: “sigan siendo ciudadanos, no discípulos”

El problema para México no es que se vuelva Venezuela en los próximos años, sino que siga siendo el mismo México con un capitalismo de cuates, acotó.

El gobierno no encara el verdadero problema del subdesempeño económico, que es “el capitalismo de cuates” en sectores cruciales y que es disfuncional porque es entre de Estado y oligárquico, sentenció.

Al ver al presidente López Obrador parado al lado de Carlos Slim anunciando la renegociación, la primera impresión no es que los inversionistas demuestran su confianza en el nuevo gobierno, sino que no hay separación de poder político y económico y sigue el capitalismo de cuates.

No hay reglas aplicables a todos los empresarios sino se vuelve a la negociación tras bambalinas que no trae los ahorros presumidos, sostuvo.

Comentó que desafortunadamente el diagnóstico certero con el que consiguió la Presidencia de la República, no viene acompañado de la política pública adecuada.

Datos que el presidente desprecia salen a diario y la realidad comienza a alcanzar a la Cuarta Transformación.

Estimaciones de crecimiento de menos de uno por ciento anual, cero en el último mes, caída en empleos, probable aumento en la deuda, enumeró, son heridas totalmente autoinfligidas y ahuyentan a funcionarios con capacidades.

Criticó que el presidente todos los días se burle de los técnicos, “llama oficio a la Economía” y desdeña la ciencia e idealiza la experiencia, además de que gobierna vía la mañanera y vía memorandos

Habló acerca de que estamos sujetos a la virtud o no de un solo hombre. “Democracia no es empoderar a alguien porque es noble y bueno y concedo que el presidente lo sea”, subrayó. (lgs)