De 2014 a la fecha hay 3 mil adolescentes embarazadas menos que en años anteriores.

Redacción/ HIPTEX

TIJUANA.- De 2014 a la fecha el embarazo adolescente en Baja California ha descendido 3.42 por ciento, lo que implica que en lugar de convertirse en madres a temprana edad, 3 mil mujeres menores de 19 años han podido dedicarse a estudiar y forjarse un mejor futuro.

Así lo destacó Nestor Hernández Milán, director estatal de Servicios de Salud en Baja California.

En la entidad, desde hace años uno de cada tres embarazos son de adolescentes menores de 19 años de edad, pero aunque sea a bajas proporciones, comienza a registrarse una disminución.

Como estrategia para disminuir el embarazo adolescente, la Secretaría de Salud capacita al personal docente de diferentes instituciones educativas, como lo hizo esta semana con el de la Unidad de Educación Media Superior Tecnológica Industrial y de Supervisión de los sistemas CETIS y CEBTIS.

Durante el curso, al que asistieron 100 docentes que trabajan todos los días con adolescentes, dijo Hernández Milán, abordaron las implicaciones de las características de la educación sexual integral, que va desde el aspecto social, relaciones interpersonales hasta la influencia que tienen los medios de comunicación, para ir más allá del tema biológico y reproductivo que marcan los libros de texto.

También, las prácticas sexuales de riesgo y doble protección; temas de violencia sexual, detección de víctimas de trata de personas y cómo canalizarlas a las distintas instancias para su atención.

Promotores juveniles, adolescentes que estudian en los planteles, pero han sido capacitados por el personal de salud para ayudar a sus compañeros a resolver sus dudas, además de canalizarlos a los servicios de salud para que obtengan información fidedigna, también son cruciales en la estrategia.

Además de las instituciones educativas y de salud, el núcleo familiar es importante en el abordaje y prevención del embarazo en adolescente, que suele estar acompañado por otros problemas sociales como la violencia del noviazgo y de género.

Se requiere que los diversos actores involucrados implementen mecanismos de coordinación, cooperación, comunicación, monitoreo y evaluación para ayudar a evitar que este fenómeno social crezca, finalizó Hernández Milán. (lgs)