El emisario fue un militar, un teniente que le ofreció 18 mil dólares a la semana. Afirma que lo tiró al piso, lo esposó y ordenó a sus escoltas que lo presentaran a la PGR. Entonces era secretario de Seguridad Pública de Tijuana.

Redacción/ HIPTEX

TIJUANA.- Sólo una vez intentaron sobornar a Julián Leyzaola Pérez y fue Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera. Usó un militar como emisario, recuerda el candidato a la alcaldía de Tijuana en la segunda entrega de Leyzaola “Historias Verdaderas”, videos difundidos a través de sus redes sociales oficiales ahora que por segunda ocasión compite para convertirse en presidente municipal de Tijuana.

Aclara que el intento de soborno ocurrió cuando era secretario de Seguridad Pública Municipal, en el trienio del panista Jorge Ramos Hernández. Antes, cuando la titularidad de la dependencia la ocupó Jesús Alberto Capella Ibarra, él fue director de la Policía Municipal.

Señala además que llegó a la ciudad por órdenes del general Sergio Aponte Polito, a quien se le atribuye la primera fase de pacificación del Estado en los años de la peor época de inseguridad en la entidad  (2008-2010). Aponte Polito dejó la comandancia de la Segunda Región Militar tras hacer señalamientos directos y públicos a funcionarios estatales de seguridad.

Sobre el intento de soborno apunta que el teniente que se presentó a su oficina y al que recibió pensando que buscaba trabajo solicitando incorporarse a la Policía Municipal, acudió para ofrecérselo a él, como colaborador de Guzmán Loera.

Le proponía 18 mil dólares mensuales, que ante sus negativas subieron a 18 mil semanales. Terminó por tirarlo al piso, esposarlo y ordenarle a sus escoltas que lo presentaran ante la PGR.

A continuación la transcripción íntegra sobre el tema: ¿alguna vez intentaron sobornarte?

“Sólo una vez ya siendo yo secretario de seguridad Pública. Recuerdo que llegó un teniente a mi oficina y pidió hablar conmigo, como yo en ese tiempo estaba contratando oficiales del Ejército retirados para incorporarlos a la policía, dije adelante. Lo recibí.

Me dijo no, no, no, Yo vengo a ofrecerle trabajo a usted.

Le contesté que yo ya tenía trabajo.

Dijo que lo mandaba “el señor Guzmán” y quiere contratarlo. “¿El señor Guzmán?, ¿“El Chapo”? -Sí, él lo quiere contratar.

Ah caray, ¿a mí me quiere contratar?

Ya no hables. Agarré mi pistola, la tenía a un lado. La agarré, me levanté y agarré las esposas para ponérselas.

Me dice: - espéreme mi jefe, es que no le he dicho cuánto le vamos a pagar.

Ni me lo digas, no me interesa y ya lo iba a agarrar y me dice: - espéreme tengo autorizado proponerle hasta 18 mil dólares al mes. No me interesa; - bueno a la semana, dice. No me interesa, entiéndelo.

Lo agarré, lo tiré al piso, lo esposé. Entraron los escoltas y les dije: llévenselo, vamos a presentarlo a la PGR".

“A Tijuana la veía yo como un reto”; en el Gobierno del Estado trabajé en varios cargos como director de la Academía, de un Cereso, de todos los Ceresos del Estado, del Instituto Estatal de Policía de la Policía Estatal Preventiva, “hasta que me habló el general Aponte: Leyzaola te vas a Tijuana. Enterado mi general, ¿a qué hora me presento?: mañana. Me voy para allá”.





En el mismo video Leyzaola Pérez refiere que nació en Culiacán, Sinaloa,  pero por casualidad, porque al ser su padre militar cambiaban de domicilio constantemente. Comparte que es uno de 13 hermanos y todos trabajaron “de chamaquitos”.

Además, que le hubiera gustado estudiar para físico-matemático, pero no hubo recurso; “no fluyó el dinero y tuve que buscar la manera donde pudiera desarrollarme y entré al Ejército”. (lgs)