Son sistemas de construcción diseñados para plantar vegetación en el techo de un inmueble con el propósito de conseguir beneficios como aislamiento térmico y acústico y protección para el propio techo

ENSENADA.- Un grupo multidisciplinario del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, Baja California (CICESE), elaboró una guía sintetizada para la instalación de tres tipos de techos verdes: con plantas nativas, con plantas de humedal y huerto urbano.

Los techos verdes son sistemas de construcción diseñados para plantar vegetación en el techo de un inmueble con el propósito de conseguir beneficios como aislamiento térmico y acústico y protección para el propio techo.

El grupo de investigación está dirigido por Rodrigo Méndez Alonzo, investigador del Departamento de Biología de la Conservación, e Ivett Zavala Guillén, investigadora del Departamento de Electrónica y Telecomunicaciones; la guía se elaboró como parte de la tesis de Diana López Silva, estudiante del doctorado en Ciencias de la Vida del CICESE.

Para la elaboración de la guía, en el estudio se consideraron variables biológicas como cobertura vegetal, captura de carbono, supervivencia de las plantas, producción de alimentos y preservación de biodiversidad.

Y se midieron variables económicas como costos de materiales de instalación, insumos y agua para riego. También se midió la inversión de tiempo para su manutención.

“Eso nos permite una visión de todas las variables económicas que están involucradas en el mantenimiento de un techo verde, cuánto produce y en cuánto tiempo recuperamos la inversión”, explicó Rodrigo Méndez.

El estudio detrás de la guía

Para desarrollar su estudio, Diana usó seis módulos idénticos que había utilizado previamente para su tesis de maestría y que fueron instalados en el CICESE. En dos módulos colocó plantas nativas, en otros dos, plantas de humedal, y en los últimos dos, huertos urbanos.

Los módulos de plantas nativas y huerto urbano fueron construidos con un diseño experimental de seis capas que incluyó una losa de concreto, impermeabilizante, drenaje, geotextil, sustrato y plantas; en los módulos con plantas de humedal se sustituyeron las capas de drenaje y geotextil por una capa de polietileno.

Diana indicó que para reducir costos utilizaron solamente materiales locales. Primero trabajaron con un sustrato comercial, pero resultó mejor el que elaboró el equipo con tezontle, arena, composta vegetal producida por una empresa local y polvillo de coco.

Los conocimientos que se obtuvieron a partir del estudio fueron publicados en julio de este año en la revista Urban Forestry & Urban Greening con el artículo Maintenance, operational costs, and plant performance in three extensive green roof designs from Northwest Mexico.

La estimación fue que instalar un techo verde en las condiciones climáticas de Ensenada tiene un costo de mil 360 pesos por metro cuadrado para el huerto urbano y mil 980 pesos por metro cuadrado para el jardín de plantas nativas.

Los costos de mantenimiento del primer año, por riego e insumos, para el huerto urbano fueron de 750 pesos y para el jardín de nativas de 190 pesos.

En esta evaluación de costos y beneficios, el estudio arrojó que la producción de alimentos en el huerto tiene un valor anual de aproximadamente mil pesos por metro cuadrado, lo que representaría un ingreso para recuperar la inversión.

Además, el estudio reveló que el costo del sustrato osciló entre 370 y 740 pesos, mientras que la mayor inversión fueron las plantas de vivero, con un costo de aproximadamente mil 200 pesos por metro cuadrado.

“Sin embargo, se pueden reducir costos al usar semillas en lugar de plantas de vivero, con un costo estimado de 300 pesos para las semillas usadas en el huerto urbano durante un año”, apuntó Diana.

El estudio también combate algunas de las ideas erróneas que existen sobre los techos verdes, como que transmiten humedad en las viviendas o que son demasiado pesados para que las soporte un techo estándar.

“La idea es invertir solamente en el techo verde, que te va a proveer muchísimos beneficios”, enfatizó Diana, y refirió que además del aislamiento térmico y acústico del inmueble hay otros beneficios colectivos como mejorar la calidad del aire.

“A nivel ciudad, disminuye la isla urbana de calor, evita que se presenten altas temperaturas en ciertas regiones de la ciudad”, puntualizó la investigadora Ivett Zavala.

Con su asesoría, Diana también calculó cuál es el potencial ahorro de energía que tendría un inmueble por el servicio de climatización que se obtiene al implementar un sistema de techo verde.

“La reducción del costo en consumo energético por climatización, tanto calefacción como enfriamiento, se reduce a la mitad con un techo de jardín de nativas y un cuarto del total con un techo diseñado como estanque”, reveló Diana.

Aclaró que la publicación de la guía solamente contempla la recuperación de la inversión inicial del techo verde por medio de la producción de alimentos del huerto urbano, cuya estimación fue de cinco años.

Sin embargo, en una siguiente publicación se integrarán los datos de ahorro energético, con lo que se reducirá el tiempo estimado para el retorno de la inversión.