Denuncian malas condiciones en centros de detención y penurias y desprecios en los que niños latinoamericanos son las víctimas.
WASHINGTON.- Organizaciones sociales recabaron 200 testimonios de inmigrantes, entre ellos niños en custodia de autoridades norteamericanas, durante junio y julio y los incluyeron en una demanda interpuesta contra el gobierno de Donald Trump en un tribunal de California.
El documento judicial describe abusos, menosprecio y malas condiciones en los centros en los que los indocumentados pasan los primeros días tras ser arrestados en la frontera, informa El País.
Frío, sed y hambre forman parte de las condiciones que los entrevistados aseguran haber vivido mientras se encontraban bajo custodia de autoridades norteamericanas.
Además de hacinamiento, menosprecio y maltrato psicológico que incluye amenazas de agentes hacia niños a los que les aseguraban serían dados en adopción y no volverían a ver a sus papás.
“Muchos se quejan del frío extremo, de la saturación de las celdas alambradas, de agua y alimentos en tan mal estado que prefieren no ingerirlos, de ser vejados por los guardas o ser amenazados con no recibir atención médica”.
La demanda en un tribunal federal de Los Ángeles versa acerca de que el Gobierno de Trump está incumpliendo un fallo judicial de 1997, conocido como el Acuerdo Flores.
Esa sentencia plantea que un menor, solo o con sus padres, no puede estar detenido más de 20 días y cuando esté en custodia debe tener cubiertas todas sus necesidades básicas, como agua, comida o atención médica. Tras rectificar su política de separación, la Administración republicana ha pedido poder detener indefinidamente a padres e hijos juntos, pero la decisión preliminar de un juez ha sido revalidar la vigencia del límite de 20 días.
Una de las organizaciones demandantes es: Centro de Derechos Humanos y Ley Constitucional.
Peter Schey, abogado de dicho organismo, afirmó que 90 por ciento de las 200 declaraciones de inmigrantes recogidas son “chocantes y atroces”.
“Niños llorando, temblando, hambrientos, sedientos, somnolientos, enfermos y aterrados”, es como describe a los menores que califican su estancia bajo custodia de autoridades migratorias como “una pesadilla”.