Para quienes apoyan el movimiento y gobierno de López Obrador, el resultado de la consulta ciudadana de Revocación de Mandato sin duda fue un triunfo pleno y contundente; para sus detractores un fracaso total
Por Alberto SARMIENTO REYES / HIPTEX
Tras el resultado de la consulta ciudadana sobre la Revocación de Mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador, es muy difícil definir quién o quiénes resultaron ganadores en este, eso sí, inédito e histórico ejercicio democrático.
La interpretación del resultado será, como ha ocurrido en los polarizados tiempos de la Cuarta Transformación, encontrada. Para quienes apoyan a el movimiento y gobierno de López Obrador sin duda fue un triunfo pleno y contundente; para sus detractores un fracaso total.
En punto neutro, si es posible ubicarse en él, podemos resumir que en el ejercicio de este domingo 10 de abril de 2022: TODOS GANAN, TODOS PIERDEN. No hubo, para unos y para otros, victoria inobjetable.
Ganó el presidente López Obrador porque logró que se llevara a cabo la Revocación de Mandato, el resultado del ejercicio, que nadie dudaba era lo de menos, la victoria del presidente estaba cantada desde el momento mismo que logró realizar la consulta ciudadana pese a las diferencias y argumentos esgrimidos por el Instituto Nacional Electoral (INE).
Su triunfo fue aparecer, una vez más, en una boleta electoral, y ratificar en las urnas el respaldo ciudadano del que goza y dan cuenta todas las encuestas a lo largo de los 40 meses que lleva gobernando México.
“Pierde” López Obrador, porque de los poco más de 30 millones de votos alcanzados en la elección presidencial del 2018, este domingo “solo” logró obtener 15 millones; es decir apenas la mitad de quienes lo apoyaron para que llegara a la presidencia avalaron que siguiera en el cargo.
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Ganó la democracia en México porque los mexicanos contamos, a partir de este domingo 10 de abril del 2022, con una nueva opción de participación ciudadana para aplicar en caso que los gobernantes en turno no cumplan con su encomienda o abusen del poder.
Perdió la democracia, porque antes y durante la jornada electoral funcionarios federales, estatales y municipales de Morena cometieron innumerables violaciones a la ley al promover la consulta, además de los espectaculares instalados por todo el País sin que se conociera quiénes quién los pagó y con qué recursos se financiaron. Sin dejar de pasar la participación de apenas 17.6 por ciento de votantes.
Perdió la democracia, cuando, tan solo un ejemplo, el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, promovió y realizó personalmente el transporte de personas a votar, una de las prácticas más comunes durante la hegemonía del PRI en México.
Ganó la oposición, porque con su postura y abstención en esta consulta dejó en claro que la revocación de mandato era innecesaria para López Obrador y quedó como un ejercicio de promoción personal del primer mandatario.
Perdió la oposición porque pese a todos obstáculos que puso a la consulta, ésta se realizó con el 92 por ciento de apoyo al presidente López Obrador, aunque con menos de la mitad de los votos de hace 3 años, pero con un voto aplastante a favor de la Cuarta Transformación.
La consulta ciudadana de Revocación Ciudadana ha concluido, y seguramente hay mucho tema por analizar aún. Lo más importante ahora es darle vuelta a la página y a lo que sigue:
El presidente López Obrador y sus funcionarios a gobernar y dar respuesta a los graves problemas que enfrenta el País en materia de inseguridad, justicia, inflación, salud.
La oposición a replantear sus propuesta para un País que, una vez más, mayoritariamente ha optado por la vía democrática para definir su rumbo, pese al acecho de la intolerancia, prepotencia y soberbia de quienes desde el poder pretenden imponer una sola visión de nación.