El investigador y científico mexicano Ruy Pérez Tamayo falleció el martes en Ensenada, a los 97 años de edad, informó la Facultad de Medicina de la UNAM

CIUDAD DE MÉXICO.- El investigador y científico mexicano Ruy Pérez Tamayo falleció el martes en Ensenada, a los 97 años de edad.

Autoridades de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Academia Mexicana de la Lengua y el Colegio Nacional dieron a conocer la noticia este miércoles a través de redes sociales. Las causas de su fallecimiento aún son desconocidas.

Ruy Pérez Tamayo fue un catedrático destacado en la comunidad científica nacional. Se desempeñó como profesor Emérito de la UNAM durante casi 60 años y fundó la Unidad de Investigación en Medicina Experimental de la Facultad de Medicina de dicha institución, misma que dirigió.

Nacido el 8 de noviembre de 1924, Ruy Pérez Tamayo. Hizo sus estudios en la UNAM y años más tarde formaría parte de la Junta de Gobierno durante una década y se convertiría en una autoridad en patología.

De acuerdo con un perfil publicado en 2014 por la UNAM, Ruy Pérez Tamayo, “entre sus muchas contribuciones pueden contarse la descripción del efecto de la metionina en la cicatrización de las heridas. Describió por primera vez en México la neumonitis reumática, reticulosarcoma de partes blandas, mesotelioma pleural, amibiasis cutánea, criptococosis, entre otros”.

Por su parte, el Colegio de México lamentó el fallecimiento de Ruy. Señaló a través de Twitter que con su muerte, la comunidad científica del país ‘ha perdido a uno de sus mayores representantes’.

El director de la Academia Mexicana de la Lengua (AML), Gonzalo Celorio, expresó sus condolencias y realizó un texto dedicado al Ruy, quien se desempeñó igualmente como académico en dicha academia. Se titula “Diez razones para querer y admirar al doctor Ruy Pérez Tamayo” y puedes encontrarlo en este enlace.

“Las diez razones para ser científico suscritas por Ruy son para no tener jefe, para no tener horario de trabajo, para no aburrirse, para hacer siempre lo que nos gusta, para usar mejor el cerebro, para que no nos tomen el pelo, para hablar con otros científicos, para aumentar el número de científicos en México, para estar siempre contento y para no envejecer”, expresó en su Laudatio el director de la AML.