La llegada de Marina del Pilar Ávila Olmeda a la gubernatura de Baja California, no solo representa el hecho histórico de ser la primera mujer en desempeñar dicho cargo, también el regreso de la civilidad a la vida política de la entidad
Por Alberto SARMIENTO REYES
La llegada de Marina del Pilar Ávila Olmeda a la gubernatura de Baja California, no solo representa el hecho histórico de ser la primera mujer en desempeñar dicho cargo, ni en ser la gobernante estatal más joven en hacerlo, sino también el regreso de la civilidad a la vida política de la entidad, ausente por más de dos años.
Su compromiso de encabezar un gobierno a favor de una sociedad participativa, incluyente y plural, que no promueva la polarización ni el enfrentamiento político, asumido ayer en su toma de posesión en el Centro Estatal de las Artes, quedó de manifiesto con los asistentes al evento… también con las ausencias y con los retardos al mismo.
“En Baja California habrá una gran diferencia entre hoy y mañana”, así definió el proceso de transición política de la entidad el diputado Juan Manuel Molina, presidente de la Mesa Directiva del Congreso de Baja California.
Con la misma visión y compromiso de realizar la Cuarta Transformación en Baja California, el “marinismo” se habría de diferenciar del “bonillismo” en la civilidad política que ha ofrecido y empezó a dar muestra la primera gobernadora de la entidad.
Y esa civilidad política se manifestó ayer en la ceremonia de cambio de gobierno, con la presencia de algunos invitados especiales. Dos personajes lo reflejan con claridad: los ex alcaldes de Tijuana Jorge Hank Rhon y Arturo González Cruz. La presencia del empresario del negocio de las apuestas y excandidato a la gubernatura en la contienda que ganó Marina del Pilar, fue sin duda el más claro ejemplo de civilidad política; tanto de parte de quien hizo la invitación, como de quien la aceptó.
Por lo que toca al hoy diputado federal, su caso refleja la el sentir (casi celebración) de todos aquellos personajes políticos, principalmente de Morena, que fueron embestidos durante el “bonillismo”, y que casi todos lograron superar aun antes del triunfo de Marina del Pilar, pero con la cual se ha dado una alianza natural.
A nivel nacional, Marina del Pilar también dio muestras de civilidad política al contar en su toma de posesión a tres suspirantes a la candidatura presidencial: Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno de CDMX, al senador y coordinador de la bancada de Morena, Ricardo Monreal Ávila, y aunque no estuvo presente el canciller Marcelo Ebrard Casaubón, siempre se le considera representado por el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado.
Otro acto de civilidad política de Marina del Pilar fue el reconocimiento que hiciera al presidente Andrés Manuel López Obrador y al exgobernador Jaime Bonilla, como los pilares de la 4T en el país y en la entidad: “nos toca cosechar quienes sembraron la semilla de la 4T”.
Pero las ausencias igualmente marcan la diferencia entre “el hoy y mañana” al que se refería el diputado Molina. La decisión del ahora exgobernador Jaime Bonilla Valdez de no estar presente en el trascendental acto, pone de manifiesto la máxima que aplicó a lo largo de su gestión: “Tú puedes salir del barrio, pero el barrio nunca sale de ti”.
Argumentando atender una apretada agenda de trabajo en su último día de gestión, Jaime Bonilla no solo ignoró la invitación al cambio de gobierno, sino comprometió, por cuestiones tiempos, de la asistencia de algunos alcaldes, como el caso de Montserrat Caballero Ramírez, de Tijuana, que apenas alcanzó a escuchar cinco minutos del mensaje de la gobernadora Marina del Pilar.
El acuerdo de que los cinco alcaldes y alcaldesas de la entidad se reunieran previo a la ceremonia y llegaran junt@s a la ceremonia no se concretó por la agenda del último día de gobierno de Jaime Bonilla. Cada quien llegó por su lado y la mayoría ya iniciada la ceremonia.
Desde el presidium y con su mensaje de retorno de civilidad política a las entidad, Marina del Pilar dio muestras del control que tiene la función que ha asumido. Al concluir el evento preguntó a sus cercanos ¿en que momento llegó Montserrat?
Porque como dicen en “La Liber”: “lo cortés no quita lo valiente”.