Las buenas intenciones de “El Biby" Ayala por frenar la municipalización del agua, podría parecer legítima si no fuera por el pleito que mantiene con el gobernador Jaime Bonilla Valdez y con su sobrino, Armando Ayala

Por Alberto SARMIENTO REYES / HIPTEX

Hasta hace algunos días, la oposición que mantenían algunos regidores del Ayuntamiento de Ensenada en contra de que el gobierno municipal se hiciera cargo del servicio de agua potable, alcantarillado y tratamiento de aguas residuales, era comprensible debido a que la CESPE es una paraestatal endeudada e ineficiente.

Además el puerto de Ensenada enfrenta un grave problema: su infraestructura hídrica antigua y caduca y, al haber cumplido con su vida útil, es uno de los principales factores que generan fugas en distintos puntos de la ciudad; sin que Salomón Faz Apodaca, el titular de la Seproa, haya logrado diferenciarse de las administraciones panistas.

Ciertamente, por mandamiento constitucional, los municipios deberían estar a cargo de estos servicios como ocurre en gran parte del país, pero cumplirlo requiere de un plan efectivo, ambicioso y con la colaboración de especialistas para que por fin, Ensenada pueda avanzar en el abastecimiento de agua potable, lo cual tampoco es imposible.

La postura de Adolfo Muñoz Benitez, Carmen Salazar Guerra, Raúl Vera González, Yolanda Navarro Caballero, Carmen Jiménez García, Brenda Valenzuela Tortoledo, Diego Lara Arregui y Marisol Sánchez García, incluso era digna de reconocerse.

Sin embargo, ayer hicieron pública su alianza con Jesús “El Biby” Ayala,  el “tío incómodo” del alcalde Armando Ayala, quien tras romper con su sobrino, hizo tratos con Carmen Salazar durante el periodo de campaña electoral ya que la regidora pretendía ocupar el lugar de Armando al frente del gobierno de Ensenada bajo las siglas del ahora extinto partido Fuerza Por México.

Las buenas intenciones de “El Biby" por frenar la municipalización del agua, podría parecer legítima si no fuera del dominio público el pleito que mantiene con el gobernador del Estado, Jaime Bonilla Valdez y con el propio alcalde.

También se sabe que “tío. incómodo” y abogado de profesión busca concretar una serie de negocios que no cuajaron con la actual administración estatal.

Por otra, habrá de apuntar que el regidor Diego Lara, quien es presidente de la comisión del Agua en Cabildo, en casi dos años no movió un dedo para atender lo relacionado con el tema, pero ahora enarbola la bandera del derecho humano al agua.

También dejó entrever que tanto él como su tío Alejandro Arregui Ibarra mantenían a aliados y colaboradores incrustados en la nómina de la CESPE, por lo que al ser municipalizada y estar a cargo de Armando Ayala, por obvias razones los dejarían sin su rebanada de pastel.

Lo que no se entiende, es el servilismo de los regidores de Morena: Carmen Jiménez, Yolanda Navarro y Adolfo Muñoz.

Del resto, es lógico pensar que a un mes de que concluya la administración, están haciendo sus últimos esfuerzos para intentar ingresar a la nómina del gobierno estatal, al mando de Marina del Pilar Ávila Olmeda, como incluso lo ha sugerido el propio gobernador Bonilla.

En menos de dos meses, quedará despejada la incógnita.

Por ahora, habrá de estar atentos a lo que determine el Tribunal Estatal de Justicia Administrativa de Baja California, quien otorgó una suspensión provisional en lo que respecta al proceso de transferencia de la CESPE, del estado al ayuntamiento. Ah, y por cierto que el caso estuvo a cargo de un empleado de “El Biby” Ayala, bajo la premisa de que “para que la cuña apriete debe ser el mismo palo… del tío incómodo”.