La pregunta que la verdadera militancia de Morena se hace es, como dice el presidente López Obrador, “quien pompó regiduría, quién pompó” al joven Valencia López

Por Alberto SARMIENTO REYES / HIPTEX

De entre las múltiples imposiciones de candidatos que se registraron en Morena Baja California para la contienda electoral del 6 de junio próximo, la del hijo de Eligio Valencia Roque, es una de las que más malestar y desencanto ha provocado en las bases morenistas de la entidad.

El dirigente estatal de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) logró, una vez más, impulsar que su vástago, Eligio Valencia López,  pueda convertirse en regidor.

Las dos primeras lo hizo presionando a la dirigencia de su partido, el Revolucionario Institucional, pasando por encima de la militancia priista y de la misma ley.

Lo novedoso de este tercer intento por encumbrar a su hijo en una posición política, es que Valencia Roque lo ha logrado en Morena. Resulta que Eligio Valencia López ha quedado integrado en la planilla a munícipes que encabeza la morenista Monserrat Caballero.

Valencia López comenzó como propuesta de edil en la sexta posición.

Pero en el jaloneo que se presentó el pasado domingo previo al registro de Monserrat Caballero, el hijo del líder cetemista y que además se ostenta como dueño del periódico el mexicano, fue promovido a una segunda posición de la planilla. Y ardió Troya. Para apaciguar las cosas, lo colocaron en una cuarta posición, de suerte que Valencia López será regidor solo si la candidata de Morena se alza con el triunfo.

Haber quedado en una segunda posición de la lista, le hubiese permitido al hijo del priista Eligio Valencia llegar al próximo Ayuntamiento aún en el peor escenario para Morena, que sería perder la elección a la alcaldía de Tijuana.

Es decir, Valencia López tendría asegurada una regiduría sin hacer campaña y sin establecer compromiso alguno con quien encabece la planilla, tal y como le ocurrió en las dos ocasiones en que bajo el manto protector de su padre fue edil.

La primera vez, apareció como suplente de Arturo Granados, en la planilla que el PRI propuso para la elección de munícipes del 2013 en Playas de Rosarito. No hubo mucha molestia de priistas a pesar que Valencia López utilizó documentación falsa para acreditar la residencia en el Quinto Municipio, tal como lo establece la ley electoral.

Como premio de consolación, Valencia Roque negoció con el alcalde electo, el panista Silvano Abarca Macklis, para que su hijo fuera incluido en la nómina municipal, para lo cual se creó ex profeso la delegación municipal Centro, quedando Valencia López como su titular.

Una enfermedad retiró a Arturo Granados de la actividad, por lo que Valencia López llegó al Cabildo. Le gustó tanto el puesto prestado que no quiso entregarlo cuando el veterano líder cetemista se había recuperado.

Contra la voluntad de Eligio Valencia Roque, Arturo Granados recuperó su espacio en el Cabildo.

Como por arte de magia, Valencia López recuperó su residencia en Tijuana y para el 2016 logró ser impuesto por su padre como primero en la planilla de munícipes que encabezó René Mendivil Acosta.

Otra vez, Valencia Roque ganó a pesar de la derrota de su partido.

La contienda la ganó el panista Juan Manuel Gastélum Buenrostro, lo cual no impidió a Valencia López realizar obscuros acuerdos económicos a espaldas no solo del PRI, de la CTM sino incluso de su padre.

Ahora, a menos de dos años de ser regidor priista, Valencia López aparece como aspirante a edil por Morena, sin ser militante, simpatizante o fundador del partido que creó el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Antes, el poder de Eligio Valencia Roque le permitía imponer candidatos en su partido, el PRI, lo que sorprende es que en los tiempos de la Cuarta Transformación lo siga haciendo… pero en Morena.

La pregunta que la verdadera militancia de Morena se hace es, como dice el presidente López Obrador, “quien pompó regiduría, quién pompó” al joven Valencia López.

Y obviamente la respuesta no es su padre, porque a estas alturas lo único que Valencia Roque puede ofrecer a cambio es la portada de su periódico, sumido desde hace años en una crisis económica y disputa legal.

Fue un personaje muy influyente en Morena el que “pompó” la regiduría a Valencia López. Esta imposición huele a azufre, como si el “diablo” hubiese metido la mano.