En entrevista para Vatican News monseñor Francisco Moreno Barrón, arzobispo de Tijuana, puso en perspectiva la llegada de las caravanas migrantes a la ciudad y Baja California durante el último trimestre del año pasado, el contexto de dicha migración, el acogimiento que les ha dado la ciudad y la necesidad de entender la realidad migrante.

Redacción/ HIPTEX

TIJUANA.- La droga es la causa principal de la violencia e inseguridad que se vive en esta ciudad y algunos migrantes, aunque son los menos con referencia al grueso de dicha población, son involucrados por el crimen organizado en las drogas.

Así lo externó en entrevista para Vatican News monseñor Francisco Moreno Barrón, arzobispo de Tijuana.

Puso en perspectiva la llegada de las caravanas migrantes a Tijuana y Baja California durante el último trimestre del año pasado, el contexto de dicha migración, el acogimiento que les ha dado la ciudad y la necesidad de entender la realidad migrante.

Comentó que en Tijuana el clima de inseguridad y de violencia y el tráfico de drogas es muy notable, pero en condiciones normales se puede percibir un clima de tranquilidad.

Aclaró que no es la comunidad la que está envuelta en todo esto, “casi siempre las expresiones de violencia que se están dando surgen entre grupos organizados, y no es propiamente la ciudadanía la que está envuelta, aunque sí a veces paga también las consecuencias”.

Tijuana sigue siendo una ciudad con rostro migrante que acoge a todos. Como frontera tiene su propio dinamismo, problemas y desafíos, me refiero por ejemplo al crecimiento de la población, a la movilidad a la que hacía referencia.

Resaltó que los grupos criminales “han visto en los migrantes como una tierra de cultivo para sus propósitos, y los explotan hasta donde les es posible”.

Los migrantes son personas vulnerables por la situación en que se encuentran. Así, sabemos que, por ejemplo, se habla de que el 70 por ciento de ellos padecen, en el paso por territorio nacional, diversos tipos de agresiones y violaciones, y por eso mismo ellos han recurrido a viajar juntos en caravana, como forma para defenderse.

Son vulnerables de muchas maneras, y son vulnerables en el hecho de que en ellos ponen sus ojos los grupos criminales, y se acercan a veces para explotarlos económicamente, para obligarlos a delinquir, para involucrarlos en la droga.

Ellos, por necesidad, en algunos casos ceden; de manera que los grupos criminales han visto en los migrantes como una tierra de cultivo para sus propósitos, y los explotan hasta donde les es posible, incluso prometiéndoles cruzar hasta los Estados Unidos, pero sobretodo involucrándonos en relación a las drogas.

Esto se da, ciertamente, en un porcentaje pequeño de personas en relación al numeroso contingente de migrantes que están entre nosotros.





En relación al año pasado, ha disminuido el número de migrantes, pero cada año aproximadamente más de 400 mil migrantes cruzan desde la frontera sur de México, intentando llegar a los Estados Unidos por diferentes fronteras, contextualizó.

En el caso de las caravanas migrantes aún unos mil 800 centroamericanos están concentrados en los diferentes albergues de la comunidad social, siete de los cuales son de la Iglesia Católica, y también en comunidades religiosas.

Algunos de ellos consiguieron trabajo y logran rentar alguna casa, incorporándose a la sociedad, y otros “muchos", "cientos”, han regresado a sus países.

“Hago un llamado a la comunidad internacional para abrir la mente y el corazón a esta realidad migrante que se hace presente en diferentes lugares del mundo, de manera que sean las autoridades de las naciones quienes promuevan para sus propios ciudadanos mejores condiciones de vida, de modo de evitar las salidas masivas y desordenadas a otros países, con las consecuencias de sufrimiento que ya conocemos, y a veces sin lograr sus objetivos”, expresó Moreno Barrón. (lgs)