Olga Sánchez Corder destacó que los migrantes que ingresen al país será tratados de manera digna y con pleno respeto a sus derechos humanos.

 



CDMX.- Los migrantes que pidan formalmente su ingreso a nuestro país, sea para su permanencia o sólo tránsito a Estados Unidos, tendrán un trato humanitario, pero los que no se apeguen y no cumplan con las leyes mexicanas serán deportados, aseguró la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.

"Ingreso ordenado y seguro", será la directriz de la política migratoria, insistió, a través del Instituto Nacional de Migración (INM). Añadió que se tienen identificados 370 puntos de cruce ilegal, no documentado, por lo que se intensificará la atención de los 12 puntos de ingreso terrestre con los que se cuenta.

Por ello, dijo, se estudia en cuáles de los puntos ilegales se podría instalar el INM para facilitar y apoyar a los migrantes que lleguen a nuestro territorio, comprometiéndose a dar una respuesta puntual en un máximo de 72 horas.

Al participar en la XXX Reunión de Embajadores y Cónsules (REC), la funcionaria aseguró el tema de migración, México no lo provoca, pero se asume como parte de la solución, de tal manera que por orden del presidente Andrés Manuel López Obrador, los migrantes que ingresen al país será tratados de manera digna y con pleno respeto a sus derechos humanos.

Demandó a las naciones de donde salen los migrantes, corresponsabilidad para que puedan ser atendidos en nuestro territorio.

Declaró que cada año ingresan al país 2.5 millones de migrantes, de los cuales unos 350 mil lo hacen por vías no formales, provenientes de Centroamérica. Dijo que existen alrededor de 700 mil de extranjeros que ya trabajan en México sin desplazar a la mano de obra mexicana, la complementan.

Expuso que los migrantes que ingresan a nuestro país lo hacen por huir de la pobreza y la violencia que viven en sus naciones, de tal manera que al ingresar a México, la gran mayoría tiene la intención de llegar a Estados Unidos.

Insistió en que la política exterior mexicana está basada en una visión humanitaria y regulada, para que puedan ingresar los extranjeros legal y ordenadamente, dejándose clara su ubicación de acuerdo a sus características sociodemográficas y a las posibilidades para ofrecerles empleo y albergue.

Para aquellos que sólo pretenden cruzar hasta la frontera con Estados Unidos, se les ofrecerá toda la ayuda humanitaria posible para que transiten por nuestro país, y ya en la frontera no corresponde a México decidir si son aceptados o no en la Unión Americana, y eso lo deben tener muy claro los migrantes.

Sin embargo, precisó que el gobierno del presidente López Obrador seguirá insistiendo ante Estados Unidos y los países expulsores de migrantes, que lo mejor es impulsar proyectos productivos que estimulen el progreso y el desarrollo regional, como parte de la seguridad y desarrollo humano.

Aseveró que así como México exige que sus connacionales sean tratados con pleno respeto a los derechos humanos, lo mismo debe hacer con la migración que ingresa a nuestro país.

Subrayó que los migrantes no son delincuentes y no representan ninguna amenaza para México o Estados Unidos, porque son seres humanos que buscan escapar de una realidad violenta en sus países de origen.