En Denver, la marihuana compite en atracción turística con las cumbres nevadas de las Montañas Rocosas, proporcionándole al estado un nuevo y lucrativo atractivo.

DENVER.- Por unos 100 dólares quien visite Denver, Colorado, puede abordar un autobús mediano que durante tres horas lo conducirá junto con una docena de personas a visitar un cultivo de marihuana y dos tiendas o dispensarios de venta de la droga.

Al mismo tiempo, el grupo fuma la hierba en el interior del vehículo, mientras circula por las calles de la ciudad.

El tour, que ofrece "420 Tours" que se promueve cómo la primera compañía de vacaciones de marihuana legal en Norteamérica, es uno de varios que oferta esta empresa, incluido otro en el que se combina marihuana con visitas a restaurantes de sushi, y otro más en el que se visita una cervecería.





Los turistas están conformados por hombres y mujeres diversos, anglosajones, afroamericanos, hispanos e incluso asiáticos, desde los 21 años hasta pasajeros de más de 60 años, de distintos oficios, profesiones y clases sociales.

El tour lleva a los turistas a diferentes dispensarios de marihuana y a un taller de soplado de vidrio y de fabricación de pipas. Pero una buena parte del viaje es el atractivo de convivir en el interior de un mediano autobús con personas desconocidas, que rápidamente transforman el vehículo en un gran círculo de fumadores.

La cabina del conductor está aislada del resto, con su propia fuente de aire y filtración. La ley del estado de Colorado sólo permite el consumo de marihuana en áreas separadas de pasajeros traseros de limusinas y autobuses de fiesta.

Los tours son una de las varias actividades turísticas alrededor de la marihuana en Colorado, el estado que tiene el mercado legal de cannabis más maduro del país con un mercado.

"420 Tours" también ofrece hospedaje en diversos hoteles con cuartos "amigables" al consumo de marihuana, y ofrece por 25 dólares la renta de un vaporizador para que el turista pueda consumir cannabis bajo esta modalidad en la intimidad de su habitación, sin ser molestado.

Existen por supuesto paquetes "todo incluido" de dos o tres noches los fines de semana, que incluyen alojamiento de hotel, un vaporizador de cortesía para la habitación, transportación gratuita desde y hacia el aeropuerto, un tour completo de cannabis, una clase para aprender a enrollar sushi y cigarrillos de marihuana, y un masaje infundido de cannabis de 60 minutos, entre otras actividades.





Son múltiples las compañías que, asociadas con productores y comerciantes, ofrecen al visitante de Denver un vistazo al mercado legal de la marihuana, y alimentan una corriente de turistas a Colorado, que se generó al momento mismo de legalizar la hierba en esta entidad el 1 de enero de 2014.

La ciudad de Denver y el estado de Colorado confirmaron que legalizar la marihuana crea un imán que atrae al turismo a la jurisdicción que la despenaliza, y los números lo evidencian.

El Departamento de Ingresos de Colorado reportó que en 2016 el estado atrajo a unos 6.5 millones de turistas por actividades relacionadas con la cannabis, las cifras más recientes disponibles.

En el 2017 un total de 84.7 millones de personas visitaron Colorado. Alrededor del cinco por ciento de los visitantes dijeron que la marihuana era una "motivación" para su viaje, más de cuatro millones de turistas, según la Oficina de Turismo de Colorado.

En esta entidad la marihuana compite en atracción turística con las cumbres nevadas de las Montañas Rocosas, proporcionándole al estado un nuevo y lucrativo atractivo.

Lo turistas sumaron una buena parte de los consumidores que en 2017 generaron un total de mil 510 millones de dólares en ventas de marihuana, en flores, productos comestibles y concentrados médicos, según datos del Departamento de Ingresos de Colorado.

Las ventas de cannabis en el estado aumentaron un 15.3 por ciento en 2017. En 2016 las ventas crecieron un 31 por ciento.

Cada nuevo estado con marihuana legal proporciona a los turistas otro destino de vacaciones, dijo el profesor de la Universidad de Denver Paul Seaborn, que imparte el curso Negocios de Marihuana en el Daniels College of Business de la Universidad de Denver.

Las Vegas, Nevada, un imán turístico por sí misma por sus espectáculos y luces, agregó con la legalización de la venta de marihuana en julio de 2017 otra fuente de seducción para los visitantes.

Las ventas de cannabis en Nevada superaron con creces las metas esperadas, y recaudaron casi 530 millones de dólares en el primer año de legalización.

En Las Vegas, una ciudad que no duerme, se tienen dispensarios abiertos durante las 24 horas del día, algunos incluso con "drive in", de forma que los clientes no necesitan bajar de sus automóviles.

La ciudad de Las Vegas busca ahora que se permita el consumo de cannabis en salas legales, tal vez incluso al lado de los dispensarios, para facilitar que los turistas puedan consumir la droga en el lugar.

Esto debido a que las actuales regulaciones impiden hacerlo afuera de las residencias privadas, lo que prohíbe hacerlo en casinos, parques y calles. Los salones para fumar otorgarían a los 42 millones de turistas anuales que visitan Las Vegas un lugar para usar legalmente marihuana.

En California, donde la cannabis para uso recreativo comenzó a venderse legalmente a partir del pasado 1 de enero, el turismo alrededor de la marihuana se encuentra en su infancia, pero las oportunidades de conjuntar este atractivo con otros son abundantes en la entidad.

El espíritu que impulsa a los entusiastas del vino y la comida a explorar California también impulsa a los conocedores del cannabis.

Una serie de empresas emergentes crean experiencias centradas en la marihuana en ciudades cómo San Francisco, Los Ángeles y San Diego, y en las regiones tradicionalmente productoras, como el condado de Mendocino.