Rafael apenas llegó el jueves a Tijuana, y este domingo intentó suicidarse, al señalar que lo seguían.

TIJUANA.- Rafael llegó a Tijuana hace cuatro días, tras viajar desde Navojoa, Sonora, donde vivía con sus padres.

Al hacer su arribo a esta frontera, donde no tiene familiar alguno -según sus propias palabras- se recrudecieron sus delirios de persecución, esos mismos que les contó a los policías. 

“Sentí que me andaba siguiendo, yo sentí que era real; yo sé que es verdad”, afirmaba Rafael, mientras era llevado en camilla a recibir atención psiquiátrica, luego de amagar durante más de 4 horas con lanzarse desde el techo de la fábrica Ramboy, situada en la calle Dalia de la colonia Jardines de la Mesa. 

“No me tiré porque yo vi que no me iba a matar”, dijo el hombre, visiblemente confundido y afectado tras la insolación que le provocó estar durante más de 200 minutos sobre el techo de lámina y con un sol que hizo que el calor rondara los 30 grado centígrados. 

“No será arrestado, será llevado a que reciba atención al Hospital Psiquiátrico”, afirmaban las autoridades de la Unidad Municipal de Apoyo Social (UMAS). 

Horas antes, Rafael había subido a las alturas de dicha fábrica, para intentar lanzarse desde una altura de más de 10 metros, y así lograr suicidarse. 

SUS MOTIVOS  

Enlazado en vivo en diferentes páginas de internet, el de Rafael fue un caso que no sólo tuvo en vilo a los presentes, entre vecinos y deportistas que se encontraban en un campo de futbol aledaño al lugar de los hechos, sino a miles de internautas que vieron todo lo que implicó su rescate durante las horas que se prolongó. 

Sin dar su nombre durante los primeros minutos ni dar las causas o motivos de su decisión, fue hasta que un policía contó a los medios presentes que Rafael se sentía observado por las cámaras, y sentía que éstas lo perseguían a todas partes, irónicamente esas mismas que ahora lo convertían en noticia. 

“Qué está cansado de las injusticias y la corrupción”, se le oyó decir al propio oficial, versión que fue inaudible para los que se encontraba más alejados. 

EL RESCATE 

El calor fue mermando la capacidad física de Rafael, quien se vio obligado a pedir agua para beber, la misma que fue llevada por elementos de Bomberos, los cuales, de manera paciente, se buscaron acercar al sonorense, antes de que éste decidiera lanzarse al vacío. 

Tras varios amagues, y dos botellas de aguas tomadas, Rafael fue sometido por uno de los rescatistas, quien con su peso lo alcanzó a tirar al piso que recibía toda la canícula del día. 

Minutos después, y con una tranquilidad muy poco usual para una persona que poco antes estaba punto de quitarse la vida, Rafael fue claro “No me tiré porque yo vi que no me iba a matar, por eso la pensé mucho”, me dijeron que nomás me iba a quebrar las piernas, dijo, no sin antes  ofrecer disculpas a sus familiares por el susto ocasionado.