La Unión Europea insiste en que el motín que trató de llevar a cabo el líder del grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, “es un asunto interno ruso” en el que “no hubo intervención desde el exterior”

BÉLGICA, BRUSELAS.- La Unión Europea considera que es “una noticia muy preocupante para el Kremlin” que perdiera el “control” durante las 24 horas que duró el intento de sublevación del grupo Wagner, un hecho que tendrá consecuencias “a medio y largo plazo”, si bien todavía “es muy pronto” para saber cuáles.

“Por ahora, la verdad es que el control se perdió durante 24 horas en Rusia y esto debería ser una noticia muy preocupante para el Kremlin”, dijo una alta fuente de la Comisión Europea a un grupo reducido de medios, entre ellos EFE.

Desde el Ejecutivo comunitario se insiste en que el motín que trató de llevar a cabo el líder del grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, “es un asunto interno ruso” en el que “no hubo intervención desde el exterior”.

Bruselas cree que “todavía no comprendemos completamente los acontecimientos de ayer y llevará tiempo”, porque “la verdad es que es muy pronto para decir cuáles son exactamente las implicaciones”.

Cuando las columnas del grupo Wagner estaban a unos 200 kilómetros de Moscú, Prigozhin ordenó que dieran marcha atrás, tras llegar a un acuerdo con el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, que aceptó acoger al líder de los mercenarios en su país.

“Es demasiado pronto para decir en qué dirección evolucionará” la situación, que puede hacerlo “en varias direcciones”, apuntó la fuente, que evitó evaluar las implicaciones que el pulso que ha lanzado Prigozhin contra la cúpula militar rusa puede tener para el devenir de la guerra en Ucrania o para unas hipotéticas conversaciones de paz.

Precisamente en Copenhague se celebró este fin de semana una reunión promovida por Ucrania para impulsar una cumbre en la que se discuta el plan de paz que ha propuesto el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que pasa por restablecer su integridad territorial, la creación de un tribunal para juzgar los crímenes de guerra y por garantizar la seguridad nuclear del país.

Todavía no hay fecha para esa posible cumbre, pero esta reunión -en la que participaron los consejeros de seguridad de los países del G7, no todos presencialmente- fue un primer intento, ya que a ella acudieron el jefe de la oficina presidencial de Zelenski y representantes de Brasil, India, Arabia Saudí, Sudáfrica y Turquía, cuyo apoyo a Ucrania es menos firme que el que ha mostrado Occidente.

China, principal aliado de Rusia y al que la UE ha pedido que presione a Moscú para poner fin a la guerra, también estaba invitada al encuentro pero finalmente no acudió.

“Tanto los países del sur global como del G7 lamentaron que China no participase en esta ocasión”, afirmó la alta fuente de la Comisión.

“Es absolutamente necesario que China participe en un formato de este tipo que reúna no solo a los países del G7, sino también a importantes países como Brasil, India, Arabia Saudí, Sudáfrica y Turquía”, continuó.

Según explicó, tras la reunión de este fin de semana “existe el consenso de que hay algunos asuntos que deben abordarse muy rápidamente”, como son la iniciativa para transportar grano ucraniano desde el mar Negro, la cuestión nuclear y asuntos humanitarios como los relativos a los prisioneros de guerra o los niños ucranianos deportados a Rusia.

Aunque todavía no hay fecha para la hipotética cumbre, la alta fuente de la Comisión consideró que el plan de paz de Zelenski “es la base” sobre la que deben centrarse las discusiones, aunque puede haber “cambios”.