El senador Jaime Bonilla Valdez pareciera que no tiene quien le escriba desde Morena, el partido que fundó en Baja California de la mano del hoy presidente López Obrador

Por Alberto SARMIENTO REYES / HIPTEX

Desde el 23 de marzo pasado, cuando anunció haber aceptado la invitación del Partido del Trabajo (PT) para convertirse en su Comisionado Nacional en Baja California y, con ello, decretar en automático su salida de Morena, el senador Jaime Bonilla Valdez pareciera que no tiene quien le escriba desde el partido que fundó en la entidad, de la mano del hoy presidente Andrés Manuel López Obrador.

El senador Bonilla, protagonista de “mil batallas” para lograr el triunfo de Morena en Baja California, solo ha logrado sumar a uno de sus incondicionales al Partido del Trabajo, como es el caso del diputado local, Sergio Moctezuma Martínez; quien dicho sea de paso tenía poca representatividad al interior de Morena y mucha menos en el distrito 8, el cual presume “representar”.

Y de ahí párele. Jaime Bonilla no ha podido presumir ninguna otra baja en Morena para seguirlo en su proyecto como comisionado del PT en la entidad.

Han pasado cuatro “Jornadas Por la Paz”, organizadas y encabezadas por Jaime Bonilla para cuestionar el trabajo de la gobernadora morenista, Marina del Pilar Ávila Olmeda, en las que es acompañado solo por un puñado de sus incondicionales.

Además de Sergio Moctezuma, sume a Héctor Haros Encinas, Diego Marín, Odilar Moreno Grijalva, Alejandro Flores Navarro, Salomón Faz Apodaca, Abraham Ávila Delgadillo, el “doctor querendón”  Alfonso Pérez Rico, María del Carmen “Meli” Espinoza, Vicenta Espinosa Martínez, el diputado local Marco Antonio Blázquez Salinas. Y tan tan.

Ellas y ellos le han acompañado en esas jornadas organizadas para legitimar el cuestionamiento de que la gobernadora Marina del Pilar “no tiene acercamiento con el pueblo” como, asegura, lo tuvo Jaime Bonilla en su gobierno.

La mayoría de estos incondicionales fueron funcionarios estatales que tienen como otro punto en común, que son investigados por el gobierno de Marina del Pilar por diversas irregularidades cometidas durante el “bonillato”.

Pero como al Coronel de la novela de Gabriel García Márquez, Jaime Bonilla no tiene quien le escriba. Sus excompañeros de lucha, muchos de los cuales le deben parte de su carrera política, no se han sumado a su nueva aventura política.

Aunque también hay que destacar que ninguno se ha deslindado abiertamente del senador.

Incluso, la dirigencia y militancia del PT en la entidad “no le escribe” a Jaime Bonilla.

Desde que el senador es “su comisionado nacional”, la dirigencia del Partido del Trabajo, que encabeza el diputado federal Armando Reyes Ledesma, se ha reunido en dos ocasiones con la gobernadora Marina del Pilar, para ratificar su disposición a “trabajar por la Cuarta Transformación en Baja California”.

Es más, mientras Jaime Bonilla le batalla organizando sus jornadas en Tijuana, Armando Reyes Ledesma, con el apoyo y presencia del secretario de Bienestar de Baja California, Nezahualcóyotl Jáuregui Santillán, se dio a la tarea de realizar el festejo del Día de las Madres del PT en los municipios de la entidad, donde se entregaron apoyos y regalos.

Pero a diferencia del Coronel de García Márquez, quien pasó su retiro en la miseria, Jaime Bonilla, tras su paso en el gobierno de Baja California y su permanencia en el Senado de la República, parece tener más riqueza… al menos así lo demuestran las remodeladas instalaciones de su empresa televisiva.