"Fuera de Alemania, se sigue viéndola con admiración; pero en su país la admiración flaquea", había señalado la semana pasada el semanario Der Spiegel.

Vía/ElObservador

BERLíN, ALEMANIA.- Se acerca acaso el final de la canciller Angela Merkel, que estuvo los últimos 12 años en el poder? La política conservadora que parecía anclada en el gobierno de Alemania corre el riesgo de una salida con pena y sin ninguna gloria.

Tras el fracaso el lunes pasado de las negociaciones con los liberales del FDP y los Verdes para formar un gobierno de coalición, parecen más que probables unas elecciones anticipadas.

Después de haberse visto debilitada por una ajustada victoria en las elecciones legislativas del 24 de setiembre –el peor resultado conservador desde 1949–, la histórica entrada de la ultraderecha (AfD) al Parlamento y su incapacidad para formar gobierno plantean un signo de interrogación sobre su futuro político.  

Empero, ya manifestó su intención de postularse a nuevos comicios.

"Fuera de Alemania, se sigue viéndola con admiración; pero en su país la admiración flaquea", había señalado la semana pasada el semanario Der Spiegel. 

Por su parte, el diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung marcó una "erosión del poder" de la canciller, que fue electa por primera vez en 2005.

"Madre Angela" había desarrollado hasta ahora una trayectoria política sorprendente, fortaleciéndose crisis tras crisis.

En los últimos cinco años, apareció como verdugo de los países europeos con dificultades fiscales, como "madre Teresa" de los refugiados que huían de guerras y terrorismo, o como la nueva "líder del mundo libre" tras la elección de Donald Trump en Estados Unidos hace un año.

Pero, vaya paradoja del destino, fue la recepción de cientos de miles de migrantes desde 2015 la que por un lado robusteció su estatura histórica pero también sentó las bases de su pronunciado declive.

La llegada al país de 900 mil migrantes le hizo perder popularidad y exaltó a su vez las propuestas nacionalistas y populistas.

¿Canciller inamovible?

Luego de su ajustada victoria contra el canciller socialdemócrata Gerhard Schröder en 2005, esta mujer de gesto adusto y poco carismática llegó a ser definida como la "canciller inamovible".

Y así parecía ser hasta las elecciones de setiembre.

No obstante, antes que la llegada de los inmigrantes le jugara en contra, Merkel tuvo a su favor la prosperidad económica heredada de su antecesor.

El otro gran riesgo que asumió, pero en este caso satisfizo a la opinión pública, fue la decisión de cerrar las centrales nucleares del país luego del accidente ocurrido en 2011 en Fukushima, Japón.

Otro diario alemán, Handelsblatt, la comparó hace poco tiempo con el aikido, un arte marcial.

El periódico la describió en detalle al publicar que su "forma de actuar" recuerda justamente al aikido, un "arte marcial de los débiles", que apunta a "utilizar la energía de su adversario para dejarlo caer por sí solo". 

Pero ahora, tal parece que sus propios adversarios hubieran aplicado la misma táctica, dejándola sola adrede y sin posibilidades de formar un nuevo gobierno.

Dejando de lado su actual talón de Aquiles, la política migratoria que la puso contra las cuerdas y generó en los hechos una crisis política sin precedentes en el país, Merkel será recordada como una mujer pragmática, dueña de una gran sobriedad y que se las ingenió para imponer un estilo atípico en la política local y europea.