Redacción/ HIPTEX

TIJUANA.- El gobierno federal brindará a migrantes becas de 5 mil 500 pesos mensuales por tres tres meses para que los usen en capacitación laboral y escolar.

Así lo afirmó en su visita a la ciudad el padre Alejandro Solalinde, quien también es defensor de los derechos de los migrantes.

Dijo que no se pronunciará por la habilitación de un albergue en la ciudad sino de pequeños asentamientos configurados por afinidad, donde los migrantes sean libres, sin tener quién los cuide.

Además, donde se les brinde protección como se hace con todo mexicano, pero traten de hacer su propia vida.

Para esto, la Secretaría de Bienestar ya accedió a otorgar becas de 5 mil 500 pesos mensuales por tres meses para la capacitación laboral y escolar de esta población, acotó.

La información de las becas para migrantes, el padre Solalinde la aporta en el contexto del retorno masivo de centroamericanos por parte de Estados Unidos, tras un acuerdo con México para no castigarlo con aranceles a cambio de que el país acepte el retorno mientras éstos esperan respuesta de la Corte Norteamericana a sus solicitudes de asilo político.

Sostuvo que el llamado al gobierno mexicano es que ya no deporte africanos y haitianos sino que les permita un plan digno en México desde su cultura.

Indicó que los organismos de la sociedad civil y defensores de derechos humanos “nos estamos acomodando” porque estaban en un impás, pero el comisionado del Instituto Nacional de Migración avisó que se reunirá con organismos civiles a dialogar sobre el tema “lo que no se había hecho”.

Solalinde confío en que sea posible “configurar el próximo destino migrante en México”, donde su gran pueblo no tiene ese sector supremacista blanco y racista que no es mayoritario en Estados Unidos, pero existe.

México es un país hospitalario y generoso y “Tijuana lo trae en el ADN ser migrante; es migrante. Si le quitan a  los migrantes, Tijuana no existe”.

También se refirió al presidente Andrés Manuel López Obrador como  “el gran presidente que tenemos”.

Yo me siento muy orgulloso de decirles, no me importa si me llaman presidencialista o palero, no soy palero de nadie, si otras autoridades hacen lo suyo, tendremos un tratamiento adecuado, humano, hacia la migración. (lgs)