En sus casi dos horas de duración, la cinta de Gunn nos sumerge en un espiral de situaciones tensas que tienen sus respiros para tener ciertos momentos cómicos que aligeran la problemática, así como también logran llenarnos de ternura
En sus casi dos horas de duración, la cinta de Gunn nos sumerge en un espiral de situaciones tensas que tienen sus respiros para tener ciertos momentos cómicos que aligeran la problemática, así como también logran llenarnos de ternura