Fue el 19 de abril de 1998 cuando el mundo literario sufrió una gran pérdida, murió Octavio Paz, quien alcanzó el reconocimiento y la fama internacional con su ensayo “El laberinto de la soledad” (1950).

CDMX.- A 21 años de su muerte, instituciones recuerdan y destacan el legado que dejó el ensayista, traductor y controversial poeta mexicano Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura 1990 y uno de los autores más importantes del siglo XX.

Fue el 19 de abril de 1998 cuando el mundo literario sufrió una gran pérdida, murió Octavio Paz, quien alcanzó el reconocimiento y la fama internacional con su ensayo “El laberinto de la soledad” (1950).

A través de las redes sociales, personalidades y organismos lo recuerdan con cariño: “Hace 21 años sentimos la partida del escritor y poeta, Octavio Paz: primer mexicano galardonado con el Premio Nobel de Literatura. Su obra es legado imprescindible en las letras universales”, escribió el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).

Por su parte, el Fondo de Cultura Económica destacó: “Un día como hoy, pero de 1998, fallecía en la Ciudad de México Octavio Paz. ‘El día abre la mano. Tres nubes y estas pocas palabras’. El día abre la mano (del poemario “Claridad errante”). #RepúblicaDeLectores”.





El Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) lo recordó con un fragmento de su obra: “Nada soy yo, cuerpo que flota, luz, oleaje; todo es del viento y el viento es aire siempre de viaje’. (Fragmento de Viento) A 21 años de la muerte del Nobel mexicano, Octavio Paz”.

Quien fuera considerado el máximo representante de las letras mexicanas, nació el 31 de marzo de 1914 en la Ciudad de México. Sus primeros poemas fueron publicados en la revista “Barandal”; tenía tan sólo 17 años.

En 1941 vio la luz “Entre la piedra y la flor”, su primera obra, aunque fue hasta 1950 que el mundo lo volteó a ver con el ensayo “El laberinto de la soledad”.

En 1943 y para adentrarse más en la poesía modernista anglo-americana, viajó a Estados Unidos con la beca Guggenheim; al realizar un viaje a España, entabló relaciones con intelectuales de la República española y Pablo Neruda (1904-1973), que le sirvieron de influencia en su poética.

Más adelante se incorporó al servicio diplomático mexicano, fue enviado a Francia, en donde escribió justamente su obra maestra “El laberinto de la soledad”, un estudio fundamental acerca de la identidad mexicana.

En la década de los 50 también publicó: “¿Águila o sol?” (1951), libro de prosa de influencia surrealista, y “El arco y la lira” (1956); para los 70 fundó dos revistas importantes dedicadas a las artes y a la política “Plural” (1971-1976) y “Vuelta” (1976-1998).

Como traductor frecuentó las obras poéticas tanto de oriente como de occidente, de Mallarmé a René Char, de Elizabeth Bishop a Wallace Stevens, de Fernando Pessoa a Artur Lundkvist, y también tradujo poesía sánscrita, poetas chinos como Chuang-Tse y Li Po, y japoneses como Matsuo Bash?.

Entre su repertorio de poemas, libros y ensayos se encuentran: “Cuadrivio” (1965), “Ladera este” (1968), “Toponemas” (1969), “Discos visuales” (1969), “El signo y el garabato” (1973), “Mono gramático” (1974), “Pasado en claro” (1975), “Sombras de obras” (1983) y “La llama doble” (1993), por mencionar algunas.

Además del Nobel de Literatura (1990), en su carrera, en la que destacó en una extensa rama de estilos literarios (poesía, novela, traducciones y ensayo), fue reconocido con el Miguel de Cervantes (1981) y el Príncipe de Asturias (1993).

Por otra parte, Paz fue una de las voces críticas que abarcaron desde el nacionalismo en los años 30 hasta la guerrilla zapatista en los 90, por lo que frecuentemente tuvo discrepancias con los intelectuales latinoamericanos, pues juzgó la falta de libertades políticas y culturales de la Unión Soviética y Cuba.

En la década de los 30 se peleó con Pablo Neruda por su ideología política. Neruda se declaró stalinista mientras que Paz, contra la burocracia de la Unión Soviética. Además el poeta chileno se salió de un proyecto de antología de la lengua española que compartía con Paz llamándolo “poeta traidor”.

En 1962 fue designado embajador en la India hasta que renunció en señal de protesta por los hechos ocurridos en la Plaza de las Tres Culturas en Tlaltelolco, el 2 de octubre de 1968, alegando que no podía representar a un gobierno que había actuado de una manera opuesta a su forma de pensar. Fue en dicho país (India) que se inspiró para escribir los libros “Ladera este”, “El mogramático” y “Vislumbres de la India”.

Otra de las controversias que protagonizó fue cuando denunció al régimen de derecha, por un lado, pero después se convirtió en asesor del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari y negó las acusaciones de fraude durante las elecciones de 1988.

También criticó la dictadura de Fidel Castro, el régimen sandinista en Nicaragua y a muchos escritores latinoamericanos, entre ellos al colombiano Gabriel García Márquez por sus posturas políticas.

La obra de Octavio Paz, quien apareció de manera pública por última vez en la inauguración de una fundación que lleva su nombre en 1997, también incluye críticas sobre literatura y arte, antropología y cultura.