El capo, de 53 años, recibió al menos seis disparos en el pecho. Los Gambino llegaron a ser considerados la mayor organización criminal de Estados Unidos
NUEVA YORK, E.U.- Hacía más de tres décadas que no se vivía una escena así en Nueva York. El miércoles, Francesco Cali, un conocido capo del familia Gambino, fue asesinado a balazos frente su domicilio, donde se encontraba su familia. Los vecinos del tranquilo barrio de Hilltop Terrace, pese a se conocido por la influencia de la mafia, no se esperaban un crimen así.
Francesco "Franky Boy" Cali, de 53 años, fue encontrado con múltiples heridas de bala en su casa de ladrillo de estilo colonial en Staten Island el miércoles por la noche y fue declarado muerto en un hospital, muriendo como un desconocido virtual en comparación con su impresionante predecesor de la década de 1980, John Gotti.
Los fiscales federales se habían referido a Cali en presentaciones judiciales en los últimos años como el subjefe de la organización Gambino. Las cuentas de noticias desde 2015 dijeron que había ascendido al primer puesto.
La familia Gambino estuvo alguna vez entre las organizaciones criminales más poderosas de los E.U., pero los juicios federales en los años 80 y 90 enviaron a Gotti y otros líderes importantes a prisión, disminuyendo su alcance.
El último jefe de la Mafia en ser asesinado a tiros en la ciudad de Nueva York fue don Paul Castellano, asesinado frente a un restaurante especializado en carnes en Manhattan en 1985.
Cali mantuvo un perfil mucho más bajo que Gotti.
Con sus costosos trajes y abrigos de doble botonadura y su cabello plateado recogido hacia atrás, Gotti se hizo conocido como el Don Dapper, su rostro sonriente en todos los periódicos. Cuando los fiscales lo intentaron y no pudieron derribarlo, llegó a llamársele el Don de teflón.
En 1992, Gotti fue condenado por el asesinato de Castellano y una multitud de otros crímenes. Fue condenado a cadena perpetua y murió de cáncer en 2002.
La única condena penal relacionada con la mafia de Cali llegó hace una década, cuando se declaró culpable en un plan de extorsión que involucraba un intento fallido de construir una pista de NASCAR en Staten Island. Fue condenado a 16 meses tras las rejas y fue puesto en libertad en 2009.