Según registros oficiales de la Dirección de Migración, poco más de 1,300 migrantes hondureños lograron ingresar y registrarse en los controles migratorios por la frontera de Agua Caliente.
GUATEMALA.- Más de mil migrantes de Honduras intentaban este el miércoles cruzar Guatemala con dirección a la frontera con México, en busca de llegar a Estados Unidos, reportó la agencia de noticias AP.
En tanto, más de un centenar de salvadoreños -entre ellos varios niños- partieron en una caravana a México donde esperan unirse a otro grupo de compatriotas.
Según registros oficiales de la Dirección de Migración, poco más de 1,300 migrantes hondureños lograron ingresar y registrarse en los controles migratorios por la frontera de Agua Caliente. Pero varios migrantes indicaron a The Associated Press que obviaron el trámite y decidieron pasar por los puntos ciegos de la frontera.
La hondureña Miria Zelaya, que va caminando con 12 familiares, salió desde Colón y se dirige a Estados Unidos. El ama de casa aún no sabe de qué trabajará si logra alcanzar su meta, pero de lo que está segura es de que quiere llegar pese al endurecimiento de la política migratoria estadounidense, la separación de niños y madres al cruzar la frontera y el envío de soldados al paso entre México y Estados Unidos.
“Eso no me desanima, puede más la necesidad”, dijo Zelaya.
El joven de 25 años Héctor Alvarado, que no lleva ni una lempira (la moneda oficial hondureña) en su bolsillo, dijo que no le quedó más que emigrar pues en su país “por ser un opositor político al partido oficial ya no me dan trabajo”.
Alvarado es locutor de profesión y la falta de trabajo lo obligó a buscar un mejor futuro. “Por el Facebook me enteré que podía unirme a la caravana, me despedí de mi familia y agarré camino”, agregó.
A pesar de no llevar dinero consigo intentará avanzar con la solidaridad de la gente sin ver hacia atrás. “Ya los míos lloraron porque me iba, ahora tengo que seguir”, explicó.
El martes cientos de personas se registraron para poder recibir el permiso para permanecer en Guatemala por 90 días con el cual dicen que viajarán más seguros. A los migrantes aún les aguardan 537 kilómetros desde Agua Caliente -en la frontera entre Honduras y Guatemala- hasta el cruce de Tecún Umán con México.
“Con esta caravana estamos demostrándole a (el presidente estadounidense Donald) Trump que no hay muro que nos detenga”, dijo un hombre que únicamente se identificó como José y que llevaba el rostro cubierto con la camiseta de la selección nacional de fútbol de El Salvador por miedo a represalias.
El hombre, que habló con los periodistas antes de iniciar la caminata, aseguró que “nos hemos unido porque aquí no hay trabajo y la delincuencia está imparable”.
El grupo de migrantes se reunió en la plaza El Salvador del Mundo hasta donde llegó la viceministra para Salvadoreños en el Exterior, Liduvina Margarín, para advertirles sobre los peligros que enfrentarán en el camino.
“Nuestro deber es decirles que nunca van a estar mejor que en su tierra”, dijo la diplomática.
Margarín sostuvo que más de la mitad de los salvadoreños que en noviembre de 2017 salieron del país en varias caravanas “han regresado porque se dieron cuenta de que fueron engañados, que les mintieron, que no era cierto que iban a entrar a Estados Unidos”.
Pero las advertencias de la diplomática no encontraron eco entre los migrantes.
“Yo no puedo quedarme, me voy porque las pandillas me han amenazado. O me les uno o me matan, así que me voy. Solo llevo veinte dólares pero sé que voy a triunfar, Dios es mi escudo y voy a llegar a Carolina del Norte donde está mi familia”, agregó Adonay Hernández, de 22 años.
Pero no todos están pensando llegar a Estados Unidos. Franklin Martínez, un obrero de 34 años que viaja junto a su pareja y su hija de dos años y medio, sostuvo que en México “vamos a pedir refugio y nos vamos a quedar trabajando. Cuando ahorremos suficiente posiblemente nos vamos a Estados Unidos, pero nuestra meta es llegar a México”.
El grupo de migrantes era custodiado por un contingente de la Policía Nacional Civil que los acompañará todo el trayecto hasta llegar a la frontera con Guatemala, a 122 kilómetros al suroeste.
El futuro que les aguarda a los migrantes en la frontera entre México y Estados Unidos es incierto. Las caravanas previas, que se convirtieron en un tema de campaña de Trump para las elecciones legislativas de noviembre, se han reducido a unos cuantos cientos de integrantes después de que muchos decidieron regresar a Centroamérica, echar raíces en México o lograron su objetivo.
Pese a la estricta postura migratoria del gobierno de Trump, muchos otros -casi la mitad, de acuerdo con los registros de arrestos de la Patrulla Fronteriza- han intentado ingresar ilegalmente a Estados Unidos.
Alrededor de 6,000 centroamericanos llegaron a Tijuana en noviembre en medio de conflictos en ambos lados de la frontera sobre su presencia en esa ciudad mexicana colindante con San Diego.
Al lunes, menos de 700 migrantes permanecían en ‘El Barretal’ en Tijuana, el cual el gobierno mexicano habilitó como albergue.