Israel y Hamas alcanzaron la primera fase de un plan de paz que contempla un alto al fuego temporal, intercambio de prisioneros y una retirada parcial de tropas israelíes de la Franja de Gaza. La comunidad internacional celebra el avance, aunque persisten dudas sobre su sostenibilidad
Tras meses de intensas negociaciones mediadas por Estados Unidos, Egipto y Qatar, Israel y Hamas acordaron la primera fase de un plan de paz destinado a poner fin a la guerra en Gaza. El acuerdo, anunciado el jueves 9 de octubre de 2025, contempla un alto al fuego de siete días, la liberación de 20 rehenes israelíes a cambio de prisioneros palestinos, y una retirada parcial de las tropas israelíes de zonas densamente pobladas de la Franja.
El gabinete de seguridad israelí votará esta noche la ratificación del acuerdo, que entraría en vigor en las próximas 48 horas. De aprobarse, marcaría el primer cese formal de hostilidades desde el estallido del conflicto hace más de un año.
El plan incluye además la apertura de corredores humanitarios supervisados por Naciones Unidas y el ingreso controlado de ayuda médica y alimentaria. Estados Unidos calificó el pacto como un “paso histórico hacia la estabilidad regional”, mientras que la Unión Europea instó a ambas partes a cumplir con los compromisos establecidos.
En declaraciones a la prensa, el jefe negociador de Hamas afirmó que el grupo “ha recibido garantías internacionales de que la guerra ha terminado”, aunque fuentes israelíes han sido cautelosas, advirtiendo que el proceso dependerá del cumplimiento mutuo y la ausencia de ataques.
A pesar del optimismo inicial, analistas advierten que los retos son enormes: aún no se ha definido quién gobernará Gaza una vez concluida la fase militar, ni cómo se garantizará la seguridad en la frontera sur de Israel. Sin embargo, el anuncio ha sido recibido como un rayo de esperanza en una región marcada por décadas de conflicto.