Es imperativo una reforma profunda del sistema de concesiones y fiscalización, una reevaluación radical del uso agrícola del agua que incentive la tecnificación y cultivos de menor demanda

ENSENADA.- Para asegurar el futuro hídrico de Baja California, es imperativo una reforma profunda del sistema de concesiones y fiscalización, una reevaluación radical del uso agrícola del agua que incentive la tecnificación y cultivos de menor demanda, consideró el presidente del Colegio de Ingenieros Civiles de Ensenada.

Ricardo Alberto Herrera Magdaleno, señaló que hace falta inversión prioritaria en la optimización de la infraestructura existente para reducir fugas -estimadas en 600 millones de pesos anuales-, diversificación sostenible de fuentes mediante proyectos de desalinización.

Es importante que se promueva la promoción de la captación de lluvia y un fortalecimiento de la diplomacia hídrica binacional para alinear con mayor justicia y aprovechar las sinergias en materia de abastecimiento y tratamiento de las aguas compartidas, apuntó.

Las instituciones deberán promover una cultura del agua basada en la concientización y la participación multisectorial, subrayó, reconociendo que la frustración ciudadana debe transformarse en un impulso constructivo para encontrar soluciones innovadoras y sostenibles.

La viabilidad a largo plazo de la región depende directamente de estas acciones coordinadas, con base técnica y permanente hasta lograr la optimización en las fuentes de abasto, conducción, tratamiento, cultura en el uso y aprovechamiento de las aguas residuales en una operación circular que impida la pérdida del vital líquido.

Herrera Magdaleno calificó de grave la problemática del agua debido a los recortes del suministro del Río Colorado, el uso irracional por parte de los agricultores del Valle de Mexicali con sus sistemas arcaicos de riego por inundación, y obsolescencia de los sistemas de conducción.

En el caso de Ensenada, hay desbalance en la dotación a los municipios en la que salimos perdiendo, colapso de la planta desaladora que solo produce el 50% de lo comprometido, el flujo inverso que resulta insuficiente e intermitente, además de los pozos cuya disponibilidad cada vez es menor con lo que baja la calidad y se provoca intrusión salina en los campos agrícolas, explicó.

El presidente del CICE consideró que las autoridades deben buscar alternativas de largo plazo a nivel local, ya que el agua del Río Colorado tiene 40 años sin llegar -excepto la poca que trae el Flujo Inverso- que no va a durar siempre- y la propuesta de la futura desaladora de Rosarito que está por verse y aún no hay certidumbre.

“Ensenada debería recibir el agua que le corresponde del Río Colorado, pero no es una fuente segura por la sobre concesionamiento en el Valle de Mexicali y la nueva desaladora de Rosarito aliviará las necesidades de ese municipio y Tijuana; incluso se dice que será de uso binacional”, precisó.

“Nuestra desaladora no ha funcionado como se esperaba, apuntó, por daños en su operación por afectación a los filtros que generan problemas de contaminación, además nos han quedado a deber el segundo módulo de esta” Ensenada se merece sus propias fuentes de abastecimiento, insistió Herrera Magdaleno, los sectores secundarios u terciarios que aportan el 90% del Producto Interno Bruto Estatal (PIBE), requieren agua para un crecimiento económico, principalmente la población que clama tener agua las 24/7 como lo establece la Ley de Agua.

El dirigente exhortó a las autoridades del agua estatal y federal a reconocer el problema y realizar las gestiones para contar realmente con el suministro suficiente, permanente, de calidad, con tratamiento y aprovechamiento optimo, a través de la rehabilitación y construcción de nueva infraestructura local.

Reconoció el trabajo que el sector empresarial a través del CCEE y el propio CICE realizan junto con autoridades del agua para buscar alternativas que resuelvan la demanda doméstica y de sectores productivos actualmente deficitaria, además de la que se requiere para el desarrollo y crecimiento de la comunidad.

“Baja California y los ensenadenses exigimos a los tres niveles de gobierno nos volteen a ver y cumplan con los servicios básicos como la séptima economía en aportación al PIB nacional, y la onceava entidad en población según el INEGI”, insistió el presidente del CICE.