El refugio temporal al aire libre ya no es una opción para muchos centroamericanos de la caravana migrante, que dejan el enlodado y encharcado campo de tierra para establecerse fuera del recinto deportivo o caminan sin rumbo fijo para buscar un lugar menos inhóspito donde pasar la lluvia.

Redacción/ HIPTEX

TIJUANA.- Sin rumbo, cientos de centroamericanos de la caravana migrante refugiados en el albergue temporal al aire libre de la unidad deportiva “Benito Juárez”, en la Zona Norte de Tijuana, comenzaron a desalojar dichas instalaciones sin destino fijo a causa de la lluvia.

“No tenemos rumbo”, dijo un migrante cargando con sus escasas pertenencias. “Está perra el agua”, agregó otro.

Esta tarde, HIPTEX hizo un segundo recorrido por el albergue donde hasta la mañana 6 mil 100 centroamericanos hacinados subsistían en condiciones precarias, bajo carpas empapadas por la lluvia establecidas sobre un terreno enlodado y entre olores cada vez más fétidos.





El campo de softball de tierra donde acampaban unos mil 500 ya no es una opción para permanecer.

Muchos dejaron el albergue, así que el censo ha cambiado, también se desconoce dónde buscarán guarecerse del temporal, que contempla lluvia permanente por lo menos hasta el domingo y precipitaciones aisladas para las próximas dos semanas.

Los más persistentes se mantienen en el lugar y aprovechan el espacio dejado por otros para mover de la tierra sus improvisados campamentos de endebles casas de campaña, simples lonas o meros plásticos  y reubicarlos en suelo pavimentado.

“No te mojes hijo, que te vas a enfermar”, dijo una apurada madre mientras colgaba un hule negro y su hijo chapoteaba bajo la lluvia.

Los niños son los más vulnerables ante las condiciones adversas que se viven en el albergue temporal y que en las últimas dos semanas han dejado por lo menos un par hospitalizados por Neumonía.

La mujer aprovechaba parte de un cerco para fijar su techo hechizo a base de plástico delgado, en el exterior de la unidad deportiva. Adentro,  la falta de espacio primero y ahora por los profundos charcos de lodo, permanecer ya no es una opción.

“Mi esposo nos está ayudando a traer las cosas porque se mojó todito”, compartió con HIPTEX.

No hay anuncio oficial sobre la apertura de un nuevo albergue por parte de las autoridades municipales que siguen insistiendo al gobierno federal que cumpla con su responsabilidad y atienda el tema de la caravana migrante con ya alrededor de 9 mil centroamericanos desplazadas en Baja California, pretendiendo obtener asilo político en Estados Unidos. (lgs)