El estreno de Lilo y Stitch ha causado revuelo en las salas de cine con gran aceptación por parte de la audiencia, conquistará la taquilla y los corazones de cada Ohana que le de la oportunidad
Por: Orlando Sarmiento Román
Esta semana llegó a las salas de cine el esperado estreno del live action de Lilo y Stitch, el más reciente intento de Disney por llevar a las nuevas generaciones una reinterpretación de sus éxitos después de una serie de fracasos contundentes como Blancanieves y otros con decisiones cuestionables como La Sirenita. Esta entrega busca conectar con la audiencia como ninguna otra.
La esperada película causó revuelo y escepticismo como todo live action de Disney desde su anuncio; sin embargo, el año pasado, en la convención D23, un primer vistazo a Stitch y al elenco dio el voto de confianza al público, convirtiéndola en una de las más esperadas de este 2025.
La película jamás pierde de vista la esencia de la historia original. Stitch es un personaje que no sabe a dónde pertenece ni cuál es su propósito, pero a la vez profundiza otros aspectos de la trama, como la relación entre Lilo y su hermana Nani, añadiendo una capa de complejidad que enriquece la relación, Juba y Pleakley tienen cambios importantes pero necesarios para que funcione la trama.
Aunque Stitch es el corazón de la película, la interpretación de Maia Kealoha como Lilo es igualmente destacada. Entendió perfectamente al personaje y lo encarna con autenticidad y ternura. Además, la interacción con Stitch es de lo mejor de la cinta.
Todo lo que rodea a nuestros protagonistas hace eco de la versión original, desde la cultura hawaiana, personajes como Cobra Bubbles hasta Jumba y Pleakley y por supuesto la música, con una mezcla de los clásicos de Elvis Presley así como interpretaciones del artista Hawaiano Iam Tongi.
Pero tenemos que mencionar, por supuesto, a la estrella dentro y fuera de la pantalla: Stitch. El trabajo con el personaje a nivel de efectos visuales es impecable, haciendo de este uno de los mejores productos de Disney en años. Stitch es más adorable y divertido que nunca, se roba la pantalla cada vez que entra en escena, logrando una de las interpretaciones más conmovedoras por un personaje creado por computadora, en especial con ese tercer acto que más de un persona le sacará unas lágrimas.
Si bien hay cambios en la historia —algunos por decisiones creativas, otros por cuestiones de presupuesto— la esencia, el mensaje y el objetivo siguen ahí presentes. Como en todos estos proyectos, la nostalgia tiene un papel clave que será un arma de doble filo: por una parte, hará que las salas de cine estén repletas en las siguientes semanas; por otra, la crítica se dividirá al respecto con la inevitable comparación.
Esta es una de las mejores reinvenciones de los éxitos animados de Disney, donde se demuestra que se está acercando a la fórmula ideal para las adaptaciones live action. No solo la producción es sumamente fiel al material original y cuenta con un elenco muy acertado, sino que la clave de todo es que logró recrear un Stitch increíblemente adorable. No es perfecta, pero es un gran presagio para las futuras adaptaciones que se vienen.
Es importante entender que esta no es una adaptación cuadro por cuadro de la cinta original. Quien esté esperando esto o crea que es lo que se intentó, lamento decir que no será lo que encontrarán. La intención es llevar a un público nuevo la historia que ya conocemos, y para esto ciertos cambios son necesarios. Pero cuando se mantiene el espíritu, corazón y respeto del material de origen, los resultados —como en esta ocasión— son excelentes.