La economía mexicana está en un estado de cambio. El avance de las mujeres en diversos sectores es inevitable, pero aún existen desafíos que es urgente superar
MEXICALI.- En México 24.9 millones de mujeres están económicamente activas, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de 2024. “La participación de las mujeres en la economía del país es sin duda una de las transformaciones más importantes de las últimas décadas”, consideró la Dra. Paulina A. Vargas Larraguivel, Directora de la Escuela de Administración y Negocios de CETYS Universidad, Campus Mexicali.
Tras ocupar roles secundarios en el ámbito laboral durante décadas, las mujeres están asumiendo liderazgo en sectores estratégicos, apoyando iniciativas innovadoras y ocupando posiciones clave en el proceso de toma de decisiones de las empresas. Sin embargo, el camino hacia la igualdad aún enfrenta desafíos que limitan su pleno desarrollo.
“La presencia de la mujer en la esfera económica no es una tendencia reciente, sino el resultado de un desarrollo progresivo que requiere determinación y resiliencia. Las mujeres representan hoy una porción sustancial de la fuerza laboral en México, y su participación continúa creciendo, especialmente en sectores como la tecnología, la industria digital, las finanzas y el comercio. El emprendimiento femenino también enfrenta problemas, las empresas lideradas por mujeres crean empleos y contribuyen al desarrollo regional y nacional”, agregó la experta CETYS.
Los sobrecostes salariales, la escasa representación en puestos directivos y el acceso a la financiación son algunos de los problemas a los que la población femenina se enfrenta a diario. Estos déficits no sólo afectan a las mujeres a nivel individual, sino que también tienen un impacto en la competitividad del país en su conjunto.
En los últimos años, la inclusión de mujeres en industrias tradicionalmente dominadas por hombres ha sido notable. La industria tecnológica ha experimentado un aumento en la participación femenina, incluso en el sector financiero y el ecosistema empresarial. De acuerdo con datos del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), 3 de cada 10 profesionistas que eligieron carreras relacionadas con ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM por sus siglas en inglés), son mujeres.
“Por otra parte, el acceso a los puestos direccionales sigue siendo limitado. Estos factores incluyen la falta de redes de mentores, una carga desproporcionada de tareas domésticas y la persistencia de estereotipos sobre las mujeres, que pueden interferir en el desarrollo profesional de muchas mujeres”, agregó la directora. Según datos del Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) de INEGI, la presencia de las mujeres disminuye a medida que el rango del puesto es más alto.
A nivel estructural, es esencial que las sociedades y las instituciones tomen medidas concretas para promover la igualdad de género. Iniciativas como políticas de igualdad salarial, programas de liderazgo para mujeres y modalidades de trabajo flexibles pueden marcar una diferencia significativa en la inclusión y el desarrollo profesional de las mujeres.
Aumentar la participación de las mujeres en la economía no es sólo una cuestión de justicia social, sino también de desarrollo económico. Según estimaciones, si se toman medidas para integrar a 8 millones de mujeres a la economía, el producto interno bruto (PIB) de México podría ser hasta 15% mayor que el de las 30 millones de personas elegibles para el IMEF. Así, un medio ambiente más justo no sólo beneficiará a las mujeres, sino que impulsará la productividad, la innovación y la competitividad de los países en el entorno global.
Para abordar este problema, se necesita la colaboración entre diferentes actores: el sector privado, el gobierno y la sociedad civil. Es necesario promover prácticas justas, promover la disciplina y el control de los recursos económicos y sociales, apoyar el desarrollo de las necesidades estructurales y sociales, que también son importantes para el desarrollo.
La economía mexicana está en un estado de cambio. El avance de las mujeres en diversos sectores es inevitable, pero aún existen desafíos que es urgente superar. Más allá del reconocimiento que trae consigo el Día Internacional de la Mujer, es necesario apoyar cambios estructurales que permitan consolidar un entorno donde la igualdad de género no sea una aspiración, sino una unión.
“La intersección de la mujer en la economía mexicana es historia, y su futuro dependerá de las medidas que se tomen hoy para garantizar que cada una tenga la oportunidad de alcanzar su máximo potencial”, finalizó la Dra. Paulina A. Vargas Larraguivel.