Crear comités comunitarios para observar aves y fomentar ecoturismo, una meta por lograr
ENSENADA.- A partir de Octubre del presente año, Hiram R. Moreno Higareda, estudiante del doctorado en Ciencias de la Vida del CICESE, forma parte del comité directivo de la organización Western Field Ornithologists (WFO) convirtiéndose así en el primer mexicano con tal distinción.
El nombramiento tuvo lugar durante la 48º. reunión anual de la WFO en San Diego, California, donde, además, Hiram Moreno presentó una síntesis de su tesis doctoral que investiga el estado de las poblaciones del rascón picudo (Rallus obsoletus levipes) en los humedales del Noroeste de Baja California. Cada año, la reunión se focaliza en un ave; este 2024, el rascón picudo fue protagonista.
La WFO, fundada a mediados del siglo pasado, es una organización no gubernamental sin fines de lucro integrada por ornitólogos de campo aficionados y profesionales que promueve el estudio de las aves en todo el oeste de América del Norte, incluidos Hawaii, el noroeste del Océano Pacífico y el oeste de México.
Tiene una amplia influencia en Canadá y Estados Unidos, y un gran interés por ampliar colaboraciones con México. Sustenta a investigadores de la ornitología de alto impacto, publicaciones icónicas como la guía de aves de Norteamérica de National Geographic y colecciones científicas de los museos de historia natural de San Diego y Los Ángeles, por citar algunos.
Su comité directivo, con vigencia de tres años, está integrado por presidente, vicepresidente, tesorero, secretario y una junta compuesta por once representantes, entre ellos, ahora, el estudiante del Doctorado en Ciencias de la Vida del CICESE.
Con el fin de aumentar el conocimiento, el aprecio y la protección de las aves y sus hábitats, organiza reuniones anuales y excursiones, y promueve publicaciones diversas, entre las cuales destaca Western Birds, una revista trimestral revisada por pares que se centra en la ornitología descriptiva orientada al campo y se publica desde hace 54 años.
Para las reuniones anuales, previa recaudación de fondos, la WFO emite una convocatoria para becar a jóvenes investigadores y facilitar así su participación. Para la 48º reunión anual, cinco mexicanos fueron seleccionados: Gonzalo De León Girón, profesor de la UABC; Liliana Ortiz, estudiante de la Maestría en Ciencias de la Vida del CICESE y colaboradora de Pro Esteros; Francisco Puente, profesor de la UANL; Julián García Walther, estudiante de doctorado en la Universidad de Massachusetts Amherst, y colaborador de Pronatura Noroeste, e Hiram Moreno, nuestro entrevistado.
Mayor presencia mexicana; hacer comunidad
Contento por la distinción en la WFO, Hiram Moreno tiene claro el compromiso asumido con responsabilidades que se resumen en participar en la supervisión de las funciones de la organización –publicaciones, reunión anual, viajes de campo–, de las finanzas, de la recaudación de fondos para publicaciones o proyectos especiales, así como apuntalar objetivos y estrategias de la WFO para incrementar su membresía y extender su influencia.
Por ello, Hiram Moreno participará en cuatro reuniones anuales, en al menos uno de los comités en los que se distribuye el trabajo de la organización –becas, publicaciones, finanzas, conferencias– y compartir ideas para hacer crecer la organización y extender su influencia, a través de publicaciones, viajes de campo, becas o nuevos programas.
Como parte del comité directivo, que dura en funciones tres años con la posibilidad de reelección, Hiram Moreno valora la oportunidad de proyección para jóvenes investigadores mexicanos. Es común, dice, la percepción de que los investigadores de la frontera solo ven al norte; por ello, es importante sumar a más colegas de la región de influencia: Sonora, Sinaloa e incluso Nayarit.
“Además de los aportes en la investigación, quiero proponer una nueva faceta en la organización: crear comités comunitarios para la observación de aves y ecoturismo, que son actividades de bajo impacto que apoyan a la conservación y benefician a las comunidades.”
En ello, Hiram cuenta con experiencia en San Quintín, particularmente con las comunidades de La Chorera y Laguna Chapala, que son comunidades mixtas, donde la pesca, la agricultura y el comercio son sus fuentes económicas, pero donde también se están orientando a actividades de conservación con diferentes organizaciones.
“Estamos asesorando a mujeres del grupo comunitario que está trabajando en una nueva área natural protegida en San Quintín. Se están haciendo evaluaciones de biodiversidad, ya impartimos en la comunidad un curso de monitoreo biológico, para enseñarles cómo identificar aves, llevar controles de identificación, notas, tablas, registros. Hay que trabajar conjuntamente para que sea una actividad redituable para ellos a futuro y así asegurar que los recursos se conserven porque ellos, las comunidades, son los verdaderos dueños”, señala el estudiante del CICESE.
Hiram Moreno es conservacionista originario de Ensenada, Baja California. Crecer cerca del Estero de Punta Banda, nos comparte, inspiró su pasión por la biodiversidad y la conservación, y animó sus estudios universitarios y de posgrado en biología, manejo de ecosistemas de zonas áridas y actualmente el doctorado en Ciencias de la Vida con orientación en biología de la conservación.
Hiram es un experto nacional en el rascón californiano y el gorrión de la sabana de Belding. Colabora activamente en los esfuerzos de conservación del charrán chico, el chorlito nevado y el aguilucho norteño de California en Baja California. Para el programa científico de esta conferencia WFO 2024, en San Diego, Hiram y tres colegas informaron sobre las tendencias y el estado actual del Light-footed Ridgway's Rail en México.
Hiram redescubrió el Raíl Negro de California en la Bahía de San Quintín y registró una nueva población en el Estero de Punta Banda después de casi un siglo, lo que marcó un importante hito en la conservación regional.
También es profesor en la UABC, disfruta combinar la investigación científica con el compromiso comunitario; por México, Hiram Moreno lidera el proyecto Lagunas Costeras, que promueve la preservación binacional del hábitat. En 2021, recibió el Premio Estatal de la Juventud, en la distinción Protección al ambiente y desarrollo sustentable, otorgado por el gobierno de Baja California.