Se caracteriza por una situación de poder desigual, donde el agresor busca dominar, intimidar o lastimar a la víctima, que en muchas ocasiones no tiene los recursos para defenderse o escapar de la situación
ENSENADA.- En México el porcentaje de estudiantes de secundaria que ha experimentado acoso escolar es del 28.3%. 11.0% de manera frecuente y 17.3% con agresiones ocasionales, según datos de la Encuesta Sobre Acoso Escolar entre estudiantes de educación secundaria, prevalencia, grupos de riesgo y factores asociados, elaborada por la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU)
En contraste, la encuesta también reveló que el 11.0% de estudiantes, ya sea de manera ocasional (7.1%) o frecuentemente (3.9%) ejerció acoso en contra de sus compañeros. Una situación de alarma que en ambos casos, tanto víctimas como acosadores deben ser objeto de atención por padres de familia, tutores, educadores y autoridades, expresó la presidenta de la Fundación Manos Unidas por Baja California A.C., Lorena Meléndez Yáñez, en el marco del Día Internacional Contra la Violencia y el Acoso en la Escuela.
“El acoso escolar, también conocido como bullying, se define como el hostigamiento físico o psicológico que un estudiante o grupo de estudiantes ejerce de forma continua sobre otro. Se caracteriza por una situación de poder desigual, donde el agresor busca dominar, intimidar o lastimar a la víctima, que en muchas ocasiones no tiene los recursos para defenderse o escapar de la situación”, explicó Meléndez Yáñez.
El acoso escolar puede manifestarse de distintas formas, como el acoso físico, que incluye agresiones directas como empujones o golpes; el acoso verbal, mediante insultos, burlas o amenazas que minan la autoestima de la víctima; el acoso psicológico, donde la exclusión, manipulación o intimidación afectan emocionalmente a la persona; y el ciberacoso, que emplea redes sociales, mensajes o correos electrónicos para atacar, amplificando el daño al hacerse visible para un público amplio.
Según la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación, las agresiones más comunes que reportan las y los estudiantes encuestados que experimentan acoso frecuente son los insultos (95.9%) y las burlas (88.2%). También reportan la difusión de rumores falsos sobre ellos y ellas (88.0%), les han puesto apodos ofensivos (85.6%), les han pegado o empujado de forma violenta (76.9%), han hecho que otros estudiantes no se relacionen con ellos o ellas o no les hablen (72.0%), han hecho que los excluyan de los grupos o actividades para hacerlos sentir mal (66.8%) y les han dicho comentarios sexuales sobre su cuerpo que les han hecho sentir incomodidad (60.8%).
“El acoso escolar deja huellas profundas y duraderas en quienes lo padecen. Para muchas víctimas, el estrés y la ansiedad se vuelven una carga diaria, afectando no solo su rendimiento en la escuela, sino también su crecimiento personal. A menudo, las constantes burlas y agresiones erosionan la autoestima y la confianza de estos jóvenes, quienes, poco a poco, empiezan a cuestionar su propio valor y a dudar de sus capacidades. Cada palabra hiriente y cada acto de exclusión los aleja de la versión de sí mismos que podrían llegar a ser”, añadió.
Durante la jornada de prevención que se llevó a cabo en la secundaria 37, Amado Nervo en Playas de Rosarito, con estudiantes, maestros y personal administrativo, también se abordaron otros temas como la prevención a las adicciones y prevención de violencia en el noviazgo. Lorena Meléndez destacó la presencia de personal de la Guardia Nacional quien compartió con estudiantes su línea de emergencia 088 y agradeció a la Mtra. Miriam Gabriela Hernández Mendoza, directora del plantel por apoyo a la realización del evento.
El acoso escolar no es un fenómeno aislado, sino resultado de una combinación de factores personales, familiares y sociales. La falta de empatía y habilidades sociales en los jóvenes, un entorno familiar violento, la exposición a contenidos agresivos en los medios y la falta de intervención por parte de docentes o autoridades escolares contribuyen a que estas conductas se desarrollen y normalicen en el entorno escolar.
“Prevenir el acoso escolar requiere la colaboración de padres, docentes, estudiantes y autoridades. Algunas estrategias efectivas incluyen promover la educación emocional para fomentar la empatía y el respeto, crear un ambiente escolar inclusivo, fortalecer la comunicación entre padres e hijos, capacitar a los docentes en la detección del acoso, implementar programas antibullying y educar sobre el uso responsable de la tecnología. Estos esfuerzos conjuntos contribuyen a construir un entorno escolar seguro y respetuoso para todos”, agregó Lorena Meléndez.
La presidenta de la Fundación consideró que el acoso escolar es una problemática que afecta a toda la sociedad “Cada vez que un niño o adolescente sufre en silencio las agresiones de sus compañeros, estamos fallando como sociedad en proteger a nuestros jóvenes y en fomentar valores de respeto y empatía. Prevenir el acoso escolar es responsabilidad de todos y empieza por crear entornos seguros, tanto en casa como en la escuela”, finalizó.