En la actualidad, la violencia intrafamiliar se ha convertido en una problemática creciente y alarmante que afecta en lo familiar o individual y que, además, puede llegar a pasar inadvertida
MEXICALI.- En la actualidad, la violencia intrafamiliar se ha convertido en una problemática creciente y alarmante que afecta en lo familiar o individual y que, además, puede llegar a pasar inadvertida en sus primeras apariciones hasta que se transforma en una situación grave, por lo que es de vital importancia identificar que esta puede manifestar en sus distintas modalidades; física, psicológica, económica, patrimonial y/o sexual. Estas a su vez se manifiestan en otros ámbitos como: educativo, laboral, social y doméstico. Explicó la psicóloga Cristina Pasos, coordinadora de la licenciatura en Psicología Clínica en CETYS Universidad, Campus Mexicali.
Se entiende como violencia doméstica o intrafamiliar, aquella que se ejerce entre los miembros de un grupo familiar y en donde la agresión se ejerce en contra de cualquiera que forme parte de ella, reconociendo en particular, aquellas que son contra la mujer, las infancias o adultos mayores.
En México se ha registrado un alza en la violencia doméstica. De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), del 2018 al 2024 se han abierto más de 1 millón de carpetas de investigación por este delito.
Este fenómeno es el resultado de un comportamiento cultural que perpetua y normaliza los actos violentos desde sus formas más sutiles como; el chantaje, las bromas hirientes, los celos, el ridiculizar o humillar al otro, etc. en algunas ocasiones bajo la justificación de una buena intención como; ‘’educar’’, ‘’formar’’ o ‘’romantizar’’, aunque siguen siendo formas de ejercer un control y abuso de poder que desestabiliza la autonomía, el autoestima y genera malestar, fatiga e inseguridad en la persona a la que va ejercida.
Por una parte, esto facilita que la violencia avance a sus formas más evidentes, como; los empujones, los golpes, el aislamiento la mutilación o el feminicidio y dificulta que quien la vive detecte que está experimentando una situación de alerta. Aunado a que la dinámica de violencia se presenta de manera cíclica, donde después de una etapa de acumulación de tensión, estarán presentes momentos de reacciones violentas, racionalización-justificación e intentos por volver a la normalidad, de manera repetida, sin mejorar realmente la dinámica, y en donde, con el paso del tiempo se observa un mayor deterioro y formas de violencia cada vez más explicitas.
Una vez que la persona que sufre esta situación ha detectado estos signos y ha decidido hacer un cambio, es recomendable que busque apoyo profesional. Si las partes involucradas tienen disposición a cambio y están acompañadas de especialistas, existe la posibilidad de romper estos ciclos y mejorar la dinámica familiar, por ello es importante acercarse a instituciones especializadas.