El monitoreo del también llamado “Gallito Marino” se realiza cada año para verificar la población de esas aves, anillarlas, pesarlas y medirlas, así como hacer comparativas con California, Estados Unidos, Los Cabos y La Paz, en Baja California Sur, donde también anidan
ENSENADA.- Con el objetivo de proteger y cuidar las zonas de anidación del Charrán Mínimo en la Lengüeta Arenosa del estero de Punta Banda, autoridades de la Subdirección de Ecología y Medio Ambiente acudieron a una actividad de monitoreo encabezada por Pro Esteros, A. C.
El titular de Ecología, Oscar Quiñónez Uribe, precisó que el monitoreo del también llamado “Gallito Marino” estuvo a cargo de la bióloga Liliana Ortiz Serrato, el cual se realiza cada año para verificar la población de esas aves, anillarlas, pesarlas y medirlas, así como hacer comparativas con California, Estados Unidos, Los Cabos y La Paz, en Baja California Sur, donde también anidan.
Por parte de la Subdirección de Ecología y Medio Ambiente, dijo Quiñónez Uribe, apoyamos en difundir información sobre el charrán, las áreas de anidación y hacer un llamado a los visitantes de las playas a ser prudentes y conscientes.
Señaló que los principales depredadores son gaviotas, coyotes y perros, así como el ser humano y los vehículos motorizados que ingresan de forma ilegal a la zona, por lo que se exhorta a locales y turistas a traer mascotas con correa y respetar los cercos de protección del “Gallito Marino”.
“Quienes no sigan los reglamentos pueden ser a creadores a sanciones”, advirtió el funcionario municipal, añadiendo que la temporada de anidación inicia a mediados de junio y finaliza a mitad de agosto, en la que el Charrán Mínimo llega a poner entre uno y tres huevos, pero suele sobrevivir uno de los polluelos.
De acuerdo a Pro Esteros, son un total de 35 pollos marcados en esta temporada, lo cual es bajo si se compara con las 60 a 70 parejas de aves en el 2022, además que en el 2023 no tuvieron anidación.
Finalmente, Ortiz Serrato refirió que el problema se atribuye al calentamiento global y a los efectos de El Niño, que genera calor en superficie del mar haciendo que los peces bajen a mayor profundidad y que los charranes no encuentren suficiente alimento.