Desde 1974, la JICA ha compartido con México acciones de cooperación técnica en materia agrícola, pesquera y acuícola e innovaciones para el desarrollo sostenible en la producción de alimentos y materias primas
CIUDAD DE MÉXICO.- Con el fin de promover el desarrollo rural participativo y comunitario en México, técnicos e investigadores de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural participaron en un curso de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) sobre empoderamiento y estrategias para la comercialización de productos para productores de pequeña escala.
Investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), brazo técnico de Agricultura, académicos y especialistas de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, República Dominicana y Argentina participaron en este curso para conocer y difundir el Enfoque SHEP, creado por la agencia japonesa.
El Enfoque SHEP es una metodología centrada en la extensión agrícola para ofrecer soluciones a la falta de adopción de tecnologías y técnicas, el desconocimiento de estrategias de marketing en los productos agrícolas y la falta de empoderamiento de los agricultores rurales, informó la investigadora del Programa de Estudios Socioeconómicos del INIFAP, Mercedes Borja Bravo.
La metodología, aplicada por primera vez en 2006 en Kenia, busca fortalecer y promover las actividades productivas de los pequeños productores hacia una agricultura orientada al mercado bajo dos pilares teóricos: la Simetría de la información y la Teoría de la Autodeterminación, fundamentados en cuatro etapas.
La primera, busca que los investigadores y técnicos compartan las metas con los agricultores en talleres de sensibilización, en los que se da a conocer qué es el SHEP y cómo se debe aplicar para impulsar sus negocios.
En la segunda etapa, se genera conciencia en los agricultores mediante análisis de su producción, venta y ganancias obtenidas de sus productos; vinculación con diferentes actores del mercado y un estudio de mercado para que conozcan información relacionada al entorno económico; en la práctica estas actividades son realizadas por los productores, con el fin de acercarles herramientas para que tomen decisiones acertadas.
Como parte de la tercera dinámica, un extensionista orienta a los agricultores sobre óptima selección de cultivos e información sobre paquetes tecnológicos, calendarización de actividades, compra de insumos para la siembra y fechas de comercialización; periódicamente sostiene reuniones con ellos.
Como última etapa, los agricultores adquieren habilidades con capacitación en campo –que previamente son seleccionados sobre cultivos disponibles— en parcelas demostrativas, cursos, prácticas y días de campo, entre otras actividades.
Uno de los temas fundamentales compartido al personal de Agricultura fue el de la importancia de mantener un acompañamiento permanente con el productor, ya que siguen y monitorean sus actividades bajo el enfoque SHEP, para asegurar que realizan las acciones y prácticas correctas.
Asimismo, al final del ciclo agrícola establecido, los agricultores realizan una estimación de ingresos y un comparativo con base en los resultados alcanzados, con el fin de realizar mejoras y ajustar las medidas aplicadas.
50 años de colaboración agrícola entre México y Japón
Desde su fundación en 1974, la Agencia de Cooperación Internacional del Japón ha compartido con México acciones de cooperación técnica en materia agrícola, pesquera y acuícola e innovaciones para el desarrollo sostenible en la producción de alimentos y materias primas.
Luego de la última visita en marzo de la delegación mexicana al país asiático, se encuentran en desarrollo proyectos para la producción de gusano de seda con pequeños productores y artesanos, de cooperación en investigación submarina del ecosistema en el mar de Cortés, construcción de arrecifes artificiales en La Paz, Baja California Sur, y de acuaponia combinada con agricultura, así como la ampliación de una plantación de cacao en Tapachula, Chiapas, entre otros.