De acuerdo a Coparmex, en 2017 el 47 por ciento de la PEA desocupada estuvo compuesta por personas con estudios de universidad y preparatoria.
Redacción/HIPTEX
TIJUANA.- La cantidad de trabajadores desocupados con perfil profesional va en aumento en México. Tanto éstos como los que cuentan con educación preparatoria representaron casi la mitad del total de desempleados de la Población Económicamente Activa (PEA) el año pasado.
De acuerdo a Coparmex, el año pasado, 47 por ciento de la PEA desocupada correspondía a profesionales y personas con perfil de bachillerato.
“El porcentaje de personas con estudios superiores y medio superiores que compone a la Población Económicamente Activa desocupada se ha incrementado constantemente en los últimos doce años: del 31 por ciento en 2005 pasó a representar el 47 por ciento en 2017”.
Así lo estableció la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en su texto: Educación Superior, los retos de cobertura, pertinencia y sustentabilidad, publicado esta semana en: https://coparmex.org.mx.
Lo anterior, a pesar de que México ocupa el último lugar de la OCDE en cuanto a la población adulta con Educación Superior: sólo el 16 por ciento de los mexicanos de entre 25 y 64 años cuenta con estudios universitarios, frente al promedio de 36 por ciento, y sólo el 1 por ciento en México tiene estudios de maestría.
En el mismo texto, el organismo presidido por Gustavo de Hoyos Walther, planteó analizar “con seriedad y sin tabúes” la posibilidad de cuotas parciales en universidades públicas para garantizar su viabilidad financiera, así como abrir espacios para población general en instituciones privadas de educación superior mediante becas de gobierno.
Afirmó que en el mercado laboral mexicano existe ineficiencia en el uso de habilidades, tomando en cuenta que 26 por ciento de los trabajadores están sobreeducados y 31 por ciento no cuentan con las habilidades necesarias para desempeñar las funciones de su puesto.
Dichas cifras revelan el desfase entre el sector educativo y el mundo productivo, observó.
“Las universidades deben buscar que su perfil de egreso sea de una persona competitiva para el mercado laboral. Es importante que las universidades privadas con calidad reconocida, cuenten con un esquema mucho más flexible en el Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios (Revoe), que les permita adecuar en forma ágil crear nuevos programas educativos y adecuar los existentes”.
Debe buscarse un involucramiento activo del sector empresarial en la formación, pero también se deben rediseñar los programas, los contenidos de los planes de estudio y los modelos de enseñanza. En especial se debe poner énfasis en educar estudiantes que desarrollen la capacidad de innovar en sus respectivas áreas.
En el camino al mejoramiento de la calidad de la educación, los cambios deben de privilegiar el desarrollo de competencias y habilidades útiles para el ámbito laboral. El contexto internacional exige profesionistas preparados para ser competitivos en el contexto internacional, concluyó el organismo empresarial. (lgs)