Con la renuncia del Fiscal Carpio, es la delincuencia la única que sale ganando y con ello, es la población quien pierde otra oportunidad para alcanzar la seguridad y tranquilidad que tanto reclama, anhela y merece

Por Alberto SARMIENTO REYES / HIPTEX

“Haiga sido por lo que haiga sido”, pero la sorpresiva y aún misteriosa renuncia del Fiscal General de Baja California, Ricardo Iván Carpio Sánchez, solo deja en claro que es la delincuencia, organizada o sin organizar, la única ganadora de la situación política generada desde la tarde de ayer jueves.

Aunque el cargo de Fiscal, no solo en la entidad sino en todo México, es la encomienda política más desgastante y por ende su salida, renuncia o separación de cargo se considera esperada casi desde que asume la responsabilidad.

Pero en el caso de Carpio Sánchez, su renuncia se tornó sorpresiva y misteriosa porque no se ha dado mayor explicación que el recurrente argumento de “motivos personales”, que tiene cientos de interpretaciones y miles de especulaciones.

Lo cierto es que apenas el miércoles, el entonces aún Fiscal ofreció una amplia rueda de prensa para hablar de los más recientes hechos violentos en la entidad, particularmente los asesinatos múltiples en Tecate y Tijuana, el homicidio de dos hermanos menores de edad en Ensenada, entre otros.

Eso fue al mediodía, y para las horas siguientes, Carpio Sánchez siguió con agenda interna, revisando temas y proyectando acciones. No había indicios de renuncia alguna.

Pero la mañana del jueves, el aún Fiscal General canceló una reunión con abogados sin dar mayor información. Los comunicados de la dependencia continuaron difundiéndose remarcando las “instrucciones” de Carpio Sánchez. Unas horas después, se difundió el escueto boletín dando a conocer su renuncia.

Es decir, la renuncia fue sorpresiva, incluso para el propio Carpio Sánchez. Los motivos, hasta el momento solo él los conoce y, seguramente también la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda.

Y para abonarle al misterio, hasta esta mañana la gobernadora Marina del Pilar no ha expresado un pronunciamiento por esta renuncia, la más importante en lo que va de su gestión.

Marina del Pilar expresó su pesar por la muerte del hijo del exasesor de la Fiscalía BC, Miguel Ángel Badiola, pero ha omitido agradecer, cuestionar o señalar la labor de Ricardo Iván Carpio Sánchez. Lo que abre un mar de especulación.

Ciertamente el cargo de Fiscal implica una grande responsabilidad y es blanco de criticas y cuestionamientos, máxime en una entidad en la que pese a los esfuerzos de las autoridades de los tres órdenes de gobiernos los homicidios y otros delitos no cesan ni reducen en forma considerable. Con todo eso, no se observaba una exigencia fuerte para que renunciara Carpio Sánchez.

El silencio de la gobernadora Marina del Pilar hace pensar que el futuro político de Ricardo Iván Carpio Sánchez no es la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, donde originalmente estaba previsto hasta que debió proponerlo como Fiscal.

En conclusión y al margen de los motivos que estén detrás de esta renuncia, es la delincuencia la única que sale ganando y con ello, es la población que pierde una oportunidad más para alcanzar la seguridad que tanto reclama, anhela y merece.