La intolerancia surge por el arraigo de los grupos de personas a sus tradiciones y costumbres, entre más aceptan estos criterios y son más restrictivos, vamos notando el rechazo a lo que no forma parte de dichas costumbres
TIJUANA.- La intolerancia surge por el arraigo de los grupos de personas a sus tradiciones y costumbres, entre más aceptan estos criterios y son más restrictivos, vamos notando el rechazo a lo que no forma parte de dichas costumbres. ¿Esto se podría tratar en terapia psicológica para ser tolerantes?
El Dr. Victor Fuentes Barradas, Coordinador de la Licenciatura en Psicología Clínica en CETYS Campus Tijuana, refirió que la tolerancia la relacionamos con la aceptación de prácticas o formas de vivir a las que no estamos arraigadas o que desconocemos, esto lo vemos con personas con distinta cultura, características físicas, sexuales, ciudad de origen, condición social y hasta política.
“El ser intolerante no es problema psicológico, es de práctica social, pero eso no quiere decir que no podemos trabajar con la intolerancia, lo que podemos hacer en terapia es buscar aplicar mejores métodos de comunicación. No va a solucionar que deje de existir dicha intolerancia, pero sí facilitará que aceptemos ideas de otros”, externó el experto de CETYS Universidad.
Sin embargo, en el sentido estricto consideró, la terapia es para personas que identifican comportamientos o criterios de vida no están siendo efectivos, que no los hace sentir cómodos en su día a día o por causa de ellos se sienten menos en lo personal, en lo social o en cualquier aspecto. “La persona intolerante no tiene que ir a terapia a menos que reconozca que es un problema para su vida y quiere hacer algo al respecto, solo así valdrá la pena”.
Las sociedad está viviendo un momento histórico, donde se está aprendiendo a aceptar diferentes formas de vivir y la diversidad se ha contrapuesto a la realidad que se busca reproducir por tradición o cultura, que salen de la “normalidad” y que si bien, antes se excluía a lo que se contraponía a las viejas prácticas como religión, preferencia sexual, origen étnico o social, nos estamos presentando a una realidad más diversa.
“Las relaciones humanas son naturalmente conflictivas, no vas al psicólogo por tener conflictos, la vida misma fomenta conflicto al vivir en determinados grupos de intereses propios. Ahora el asunto con la intolerancia, es que muchas veces cuando tenemos un conflicto con algo diferente, la posición natural es el rechazo, la agresión o defenderse de los otros”, manifestó el Dr. Fuentes Barradas.
Por último, el Coordinador de la Licenciatura en Psicología Clínica reflexionó que la humanidad es extraordinariamente diversa, por lo tanto no debería haber rechazo a los diferentes grupos que viven con discriminación e intolerancia, tales como la comunidad LGBTQI+, migrantes, pueblos originarios, mujeres, personas con discapacidad, niñas, niños y niños, por mencionar algunos.