Según lo confirmado por destacados pedagogos, la ‘persona’ del profesor ejerce en sus estudiantes una impronta formativa incisiva y profunda que va calando en ellos hasta los estratos más profundos de su ser
ENSENADA.- Lo que en primera instancia resulta imperante reconocer es que, para quienes se dedican a la docencia, en cualquier nivel educativo, resulta imposible no ejercer algún tipo de influencia respecto a quienes deben sus labores.
De acuerdo a los hallazgos reportados en estudios de investigación educativa, los docentes que se consideran exitosos, suelen distinguirse por tener la convicción o creencia de que, como personas y a través de su forma de enseñar influyen en las vidas de sus estudiantes.
Pero, ¿qué actitudes o conductas habrá que demostrar con los estudiantes para que esa ineludible influencia sea positiva?, la Dra. Karla Díaz López, coordinadora de la Maestría en Educación de CETYS Universidad Campus Internacional Ensenada comparte las más importantes:
• Demostrar genuino interés por sus necesidades.
• Disposición a escucharlos.
• Compartir experiencias dando paso al diálogo y a la reflexión.
“Si entendemos la Educación desde postulados humanistas, los docentes debemos asegurar nuestro desarrollo personal y es a través del autoconocimiento como lograremos conectar y repercutir hondamente con nuestros estudiantes. Según lo confirmado por destacados pedagogos, la ‘persona’ del profesor ejerce en sus estudiantes una impronta formativa incisiva y profunda que va calando en ellos hasta los estratos más profundos de su ser”, compartió la Dra. Karla Díaz.
De acuerdo con la Especialista CETYS, sin lugar a duda los docentes llevan a cabo acciones relativas a la orientación educativa y asesoría, por ende, influyen en el bienestar tanto presente como futuro y el desempeño académico presente y éxito profesional.
“En nuestro rol como docentes y en nuestro quehacer en el aula, los hallazgos de la investigación educativa nos invitan a llevar a cabo determinadas acciones para ejercer una influencia positiva que impacte el ámbito personal y profesional de nuestros estudiantes, aquí un recuento:
*Realizar de manera constante autoevaluación, para crecer como persona y como profesional.
*Ejercer nuestro trabajo considerando el contexto social y personal de los estudiantes.
*Aportar soluciones a las problemáticas de aprendizaje.
*Animar a que se responsabilicen de su propio aprendizaje.
*Demostrarles que existen diversas maneras de aprender.
*Lograr que nos perciban como modelo o referente.
*Apelar a sus emociones en los distintos procesos de aprendizaje.
*Demostrar de qué manera la formación profesional incide en su desarrollo como personas”.
Para concluir, la Dra. Karla Díaz comparte un postulado de la autoría de Sierra y Alcantara (2019): “Se educa por lo que se ‘es’, más que por lo que se dice. Se enseña también lo que se ‘es’ más que lo que se sabe”.