"Soy una persona muy dependiente al consumo, soy una persona muy obsesiva compulsiva, y sé que una vez que la vuelvo a probar, no paro. Ahorita tengo 22 años y tengo una dependencia a la heroína."
Me llamo Johanna Elizabeth Rendón, tengo 22 años. Yo nací de Ensenada y desde muy chica me crie con mis tíos y con mi abuela. Mis papás eran adictos; mi papá murió cuando yo tenía 6 años y mi mamá era una persona adicta a la heroína.
Yo tuve en mis tíos un núcleo familiar con bases, principios, valores, lo que en su momento ellos me brindaron.
Mi comienzo en la droga fue a los 13 años. Inicié con el consumo de la marihuana en la secundaria, recuerdo que fue en una tardeada; unos compañeros de mi salón estaban fumando, se me hizo muy curioso y dije “yo quiero”, y así empecé.
Al principio era de vez en cuando, o cuando podía, luego esperaba con ansias estar en la escuela porque sabía que ahí me podían regalar, para cuando me di cuenta, ya era todos los días. Inicié consumiendo cristal a los 14 años, lo probé con una compañera de la secundaria y me gustó el efecto que causó en mí.
De ahí empezó un comportamiento muy distinto, siempre he dicho que mi vida dio un giro completo, de ser una niña de casa. Viví en libertinaje, me iba de la casa, me salía sin permiso, siempre estaba en una postura retadora, a la defensiva, siempre pensando que no me podían decir nada porque no eran mis padres... me sentía intocable.
Empezó mi obsesión a crecer, por lo que probé distintas drogas; estuve un tiempo prendida del cristal, soy una persona muy dependiente al consumo, soy una persona muy obsesiva compulsiva, y sé que una vez que la vuelvo a probar, no paro. Ahorita tengo 22 años y tengo una dependencia a la heroína.
En todos estos años he ido aumentando mi dosis, he vivió en la calle, en los picaderos. De mis tíos yo fui quien se apartó, tomé la decisión porque ya los tenía muy dañados, muy enfermos. Yo ahora pienso que la comunicación es muy importante en la familia, creo que, si yo hubiera hecho eso con mis tíos, no hubiera tomado las decisiones equivocadas.
Encontrarme con mi mamá me cambió la vida, ella ahorita es adicta en recuperación, tiene 6 años limpia y es directora de un centro. Este tiempo me he dado la oportunidad de acércame a ella, porque sé que es la única persona que tengo, para mí mi mamá es una gran persona, me siento muy orgullosa de ella, es consejera en adicciones, y lo que tiene ella es que le gusta servir a los demás.
Pasaron 18 años para conocer a mi mamá, cuando yo la conocí, ella ya tenía 3 años limpia, y lo primero que hizo fue internarme en un centro.
Mi forma de ver la vida ahorita, es muy diferente a como era antes, yo lo que estoy aprendiendo es a valorar mi vida, sé que es lo único que tengo, y le doy esa importancia y estoy consciente que ya no me puedo volver a drogar, ya no puedo darme ese permiso.
Ahorita estoy trabajando en la oficina del centro, Casa Hogar para Adictos en Recuperación, me enrolo con los directivos, la red que tienen, son cosas que estoy haciendo diferente lo que hacía tiempo atrás, me he dado cuenta que es mi vida la que tengo que valorar y sobre todo el ejemplo de mi madre.