Los capos llegan a usar su influencia para apoyar alguna campaña política y obtener la subordinación de los interesados.
CIUDAD DE MÉXICO.- En tiempos de elecciones, se detectan a capos del crimen organizado involucrados a favor de candidatos a cargos de elección, con ello no solo opacan la legitimidad del Estado, sino también, ganan impunidad, declaró el director del Instituto de Investigaciones Estratégicas de la Armada de México, el contralmirante Martín Barney Montalvo.
Los capos se convierten en algunos lugares en actores políticos de facto, con capacidad de influir en el sector económico y social; a veces el capo llega a usar su influencia para apoyar alguna campaña política de algún candidato, de quien se espera alguna subordinación; en este caso, el capo socava la legitimidad del Estado, al mismo tiempo que gana impunidad para imponer su autoridad”, puntualizó.
El director de Derechos Humanos de la Defensa, el general José Carlos Beltrán, declaró que la presencia de las fuerzas armadas en las calles no son las que generan violencia, sino el tráfico de drogas y de armas, reafirmó que la disposición de los militares a rendir cuentas de sus actos, pero destacó la falta de impunidad de las autoridades civiles enlistadas en las nóminas de grupos criminales.
“Muchas veces son llevados a tribunales y organismos internacionales militares acusados de violadores de derechos humanos; está bien, que rindan cuentas, no encubrimos ni defendemos a nadie (…), pero, ¿dónde están esos directores de Seguridad Pública, esos jefes en esas policías municipales y estatales que nos colocaron en esta situación. Está bien que a lo mejor no hay los recursos, pero estar en nóminas de delincuencia organizada, eso es grave”, señaló.
El contralmirante Barney señaló que el crimen organizado ha recurrido a la violencia extrema y terror, solo para ampliar su influencia, debilitar a las instituciones y controlas las actividades económicas en algunos enclaves.
“México enfrenta potenciales problemas de legitimidad, los grupos criminales desarrollan actividades ilícitas y usurpan funciones exclusivas del Estado; así, los funcionarios de gobierno pierden autoridad y se convierten efectivamente en aliados o instrumentos al servicio de los cárteles; quienes representan la autoridad del gobierno comienzan a dar la lealtad primaria a esos grupos y no al gobierno”, dijo.