López Obrador acusó que ataques contra gobierno tienen tintes golpistas y aclaró que Grupo Vidanta, ligado a la empresa donde trabaja su hijo José Ramón, no tiene conflicto de interés con el gobierno
CIUDAD DE MÉXICO.- El presidente Andrés Manuel López Obrador consideró este lunes que se ataca al proyecto de transformación del país que encabeza con actitudes golpistas al tratar de vincularlo a él y a su familia con actos de corrupción y conflictos de interés.
Desde hace unas semanas, José Ramón López Beltrán, su hijo mayor, ha sido señalado, junto a su esposa Carolyn Adams, de incurrir en un conflicto de interés al haber rentado una residencia de lujo en Houston, Texas, propiedad de un accionista de la empresa Baker Hughes, una contratista de Petróleos Mexicanos (Pemex).
“No es conmigo, ni tampoco mis hijos, es una reacción conservadora, golpista, en contra de que se lleve a cabo un verdadero cambio en el país. Y esto no se conocía porque además de que saqueaban y robaban no perdían su respetabilidad“, acusó el mandatario federal.
“Yo pienso que debe de transparentarse todo, el que nada debe nada teme. Yo no sé por qué se alebestraron, se incomodaron tanto porque señalé aquí una información sobre lo que gana Loret de Mola”, dijo.
Carlos Loret de Mola y la organización Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad (MCCI) revelaron que el hijo del mandatario rentó un lujoso inmueble que antes perteneció a Keith L. Schilling, un alto ejecutivo de Baker Hughes.
Según la periodista Peniley Ramírez, de agosto de 2019, cuando López Beltrán ocupó la casa, a enero de 2020, cuando Schilling dejó Baker Hughes, esa compañía recibió asignaciones en Pemex por 194 millones de dólares, equivalentes a unos 3 mil 900 millones de pesos.
En respuesta, el jefe del Ejecutivo federal criticó al periodista Carlos Loret de Mola, con quien se ha confrontado desde el inicio de su gobierno, y exhibió supuestamente sus ingresos que ascenderían a los 35 millones de pesos anuales.
“Cómo no dar a conocer esta información, si este señor se dedica a golpear, no sólo al gobierno, al presidente, sino al proyecto de transformación que estamos llevando a cabo millones de mexicanos para acabar con el principal problema de México, la corrupción”, planteó.
Esta reacción fue criticada por miles de personas quienes consideraron que el mandatario federal se excedió e inició una persecución contra el informador al utilizar los aparatos del Estado para acallarlo.
En Twitter, el viernes y el sábado personajes de la política y de la sociedad civil y algunos periodistas manifestaron su respaldo a Loret de Mola.
“No sé cómo le llaman a eso, para que todos pusieran #TodosSomosLoret, imagínense, se me cae la cara de pena, de vergüenza, #TodosSomosLoret, afortunadamente no fueron muchos, porque hay unos muy vivillos, que ahí andan todavía ensarapados, pero otros que ya sabemos, desde hace tiempo han mostrado lo que son, que tampoco debe de avergonzarnos, son conservadores”, dijo López Obrador.
Ante esta polémica, ayer, José Ramón López Beltrán, informó que desde 2018 se dedica a ejercer su profesión como abogado y actualmente ejerce como asesor legal de desarrollo y construcción de la firma KEI Partners en Houston, Texas.
Dicha firma es propiedad de los hijos del empresario Daniel Chávez, un arquitecto dedicado a los inmuebles de lujo y fundador de Grupo Vidanta, y quien funge como supervisor honorario del Tren Maya, no obstante, el presidente de la República aclaró que el empresario no tiene ningún contrato con el gobierno por lo cual no existe conflicto de interés.
“Es una empresa de los hijos de Daniel Chávez que me ayuda como supervisor honorífico del Tren Maya y no tenemos ninguna relación de negocios, él no tiene negocios con el gobierno federal. Es de los empresarios que nos ayuda porque quiere apoyar en el caso del Tren Maya para concluirlo”, explicó López Obrador.