La reapertura de la frontera a viajes no esenciales ha generado altas expectativas sobre la reactivación económica en ambos lados de la línea internacional

TIJUANA.- Marco Valenzuela vive en la zona de Santa Fe, Tijuana, Baja California y todos los días cruza la frontera para trabajar en una empresa de transporte médico en California, Estados Unidos.

Si bien es beneficiado del programa de viajeros confiables Global Entry, lo cual le permite cruzar más rápido por carriles especiales, ha padecido las consecuencias del cierre de la frontera hacia Estados Unidos a viajes no esenciales, que hoy domingo termina luego de un año siete meses y 13 días.

Aun así, tiene que levantarse a las cuatro de la madrugada, salir de su casa media hora después, para lograr estar a tiempo, a las 07:00 de la mañana, en Spring Valley, en el Condado de San Diego, donde está la empresa que lo emplea.

Marco es de los privilegiados, porque tarda entre 40 y 60 minutos para cruzar la línea fronteriza, pero, las personas que no cuentan con esa tarjeta hacen hasta siete horas, solo para pasar migración. En ese tiempo la tensión se incrementa y son comunes los incidentes entre viajeros y con frecuencia llegan a los golpes, porque no faltan los “gaviotones” que se meten a la fila para ahorrarse horas de espera.

Marco contó que el anuncio de la reapertura de esa, la frontera más transitada del mundo, ha generado una serie de expectativas entre la comunidad, que es la misma en ambos lados de la frontera, pero partida en dos.

En su caso particular espera que a partir de mañana la dificultad para cruzar se incremente, porque habrá más personas intentando pasar, pero en la comunidad en general, el solo anuncio ha motivado, primero, el inicio del recuento de los daños y, luego, el entusiasmo por la reactivación económica que, sin embargo, acusa nubes negras. Y entre los migrantes indocumentados varados desde hace meses, así como los que van llegando con la intención de ingresar a Estados Unidos, se ha fortalecido la esperanza de cruzar, aunque esa posibilidad tiene realmente pocos asideros.

Sofía Ramírez Aguilar, directora general de México ¿Cómo vamos?, expuso que en esa región, donde viven unos 13 millones de personas, todos perdieron. El cierre de la frontera separó en dos a comunidades que son una misma. Perdieron en volumen de intercambio comercial, calidad de vida, seguridad, servicios médicos, educativos y, en general, prácticamente en todos los aspectos de su vida cotidiana.

Un análisis realizado por el Instituto México del Wilson Center, señala que esa que fue la interrupción más prolongada del cruce de fronteras en la historia de los Estados Unidos, separó familias y reordenó los patrones de compras transfronterizas y viajes.

Antes de la pandemia alrededor de 529,000 personas ingresaban diariamente a Estados Unidos a través de la frontera con México.

Desde el punto de vista económico, todo parece indicar que la peor parte la llevaron los condados fronterizos de Estados Unidos.

En agosto pasado, los alcaldes de San Diego, Chula Vista, National City, Imperial Beach y Coronado, enviaron una carta al secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, en la que le señalan que la restricción de viajeros desde el lado mexicano causó pérdidas por 7.5 millones de dólares semanales.

En ese sentido, Kenia Zamarripa, directora ejecutiva de Asuntos de Comercio Internacional de la Cámara de Comercio de San Diego, dijo que tan solo en la comunidad de San Ysidro cerraron definitivamente más de 280 empresas. Algunas porque se cayeron sus ventas drásticamente y otras, como las de logística, porque operaban con personal insuficiente para cumplir los compromisos con sus clientes y ya no fueron considerados confiables. Indicó que entre 40 y 60% de los empleos del sector turismo se perdieron.

Entrevistada vía telefónica, mencionó que, de acuerdo con la autoridad turística del condado de San Diego, en 2019 se registró la visita de 4.18 millones de visitantes de mexicanos por un solo día, que dejaron una derrama de 252 millones de dólares, lo cual se tradujo en un impacto económico regional de 428 millones.

En tanto, en lo que va de 2021, se han registrado la visita de menos de 900,000 mexicanos, con una derrama de 50 millones de dólares y un impacto regional de 85 millones de dólares.

Comentó que los más afectados son los restaurantes, centros de entretenimientos, parques de diversiones y el zoológico.

Refirió que los empresarios de San Diego prevén que les costará entre año y medio y dos años y medio regresar a los niveles que tenía la economía antes de la pandemia.

Sofía Ramírez recordó que las ciudades estadounidenses también perdieron dinero en impuestos generados por el consumo. Como ejemplo citó que en Nogales, Arizona, en 2019 entre 65 y 70% de los impuestos sobre las ventas provenía de las compras de mexicanos que

De acuerdo con un análisis realizado por el Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN) de la UNAM, hasta julio de 2021 las pérdidas económicas en comercio y turismo en ambos lados de la frontera era de más de 55,000 millones de dólares.

José Ignacio Martínez Cortés, coordinador del LACEN indicó que de enero a marzo de 2020, es decir los meses previos a que se cerrara la frontera, el consumo registrado en los 48 condados fronterizos de Texas, Nuevo México, Arizona y California, Estados Unidos y los 94 municipios mexicanos fronterizos de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Chihuahua, Sonora y Baja California, era de 900 millones de dólares, de los cuales 600 corresponden al lado estadounidense y 300 del lado mexicano.

Explicó que los mexicanos que cruzan la frontera en viajes no esenciales generalmente realizan turismo de compras o en plan familiar.

Los primeros impactos económicos del cierre de la frontera en el lado estadounidense se percibió en Semana Santa y el 5 de mayo, que se festeja en Estados Unidos como si fuera el día nacional de México. Posteriormente se generalizó y se hizo elocuente en septiembre, noviembre y fin de año. Condados enteros se convirtieron en pueblos fantasmas.

Expuso que si se considerara como un solo país a los seis estados mexicanos y los cuatro estadounidenses fronterizos, serían la cuarta economía mundial.

Tan solo en la frontera con Estados Unidos están ubicadas las aduanas más importantes del país, donde, en cuatro recintos fiscales cruza 48.07% del 81% de las exportaciones de México a Estados Unidos. Por la garita de Nuevo Laredo pasa 23.25%; por Ciudad Juárez 9.61%, Tijuana 9.14% y Reynosa 6.07 por ciento.

Para la economista Sofía Ramírez Aguilar, si se quisieran identificar los ganadores del cierre de la frontera serían los comercios del lado mexicano que no sufrieron mayores afectaciones.

En ese sentido, José Ignacio Martínez Cortés dijo que los estadounidenses cruzan hacia México, generalmente para divertirse en bares y restaurantes, así como en plan de turismo médico, principalmente para ir al dentista, así como turismo de negocios, particularmente en 53 municipios.

Tijuana parece haber resentido poco elimpacto económico del cierre en empleo, pero acusa estragos en turismo. De acuerdo con el Inegi, en Tijuana habitan un millón 922,523 personas y, según el ayuntamiento, hay una población económicamente activa de 836,708 personas de las cuales 820,301 están ocupadas. La tasa de desocupación es de 2%, con lo que la ciudad registra el primer lugar en ocupación laboral en todo el país.

Durante la pandemia, la tasa de ocupación fue de 98.4% en el primer trimestre de 2020; de 97.9% en el tercero y 97.1% en el cuarto trimestre.

Al 31 de mayo de 2021, Tijuana tenía 561,859 empleos formales registrados ante el IMSS, lo que representó un incremento de 49,049 empleos respecto de mayo 2020, es decir una variación de 9.56 por ciento.

En 2020, pese a la pandemia se construyeron seis nuevos parques industriales con lo que la ciudad llegó a 75.

Sin embargo, en esa ciudad, los indicadores del sector turismo muestran que durante el año pasado se registraron 8.4 millones de visitantes, que dejaron una derrama de 1,008 millones de dólares, lo que significó una disminución de 59% en ingresos comparados con 2019, cuando llegaron 14 millones de visitantes, con una derrama de 2,472 millones de pesos.

De enero a mayo se registraron 3.1 millones de visitantes, que gastaron 590 millones de dólares.

En cuanto al turismo médico, en 2020 se recibieron 1.5 millones de visitantes lo que significó un millón menos registrados en ese rubro en 2019, cuando llegaron 2.5 millones. De enero a mayo de 2021 han llegado a la ciudad 1.1 millones de ese tipo de visitantes

En cuanto a la derrama económica de ese segmento de viajeros, en 2019 fue de 1,030 millones de dólares, cifra que se incrementó a 1,200 millones en 2020. De enero a mayo de 2021 la derrama de ese sector fue de 440 millones de dólares.

De acuerdo con los datos públicos disponibles más recientes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, si se analizan las cifras de cruces fronterizos de febrero de 2020 con los de febrero de 2021, se registró una reducción de 34% al pasar de tres millones 933,511 personas a dos millones 597,805, es decir un millón 335,605 cruces menos.

Los efectos de la pandemia se observan claramente en el tránsito de pasajeros en el aeropuerto de Tijuana, si se comparan el número de viajeros atendidos en 2020 y 2021. Enero de 2021 registró una disminución de 23.25% comparado con el mismo mes de 2020 y de 29.48% si se compara febrero de 2021 con febrero de 2020.

No obstante, a partir de marzo de 2021 esa situación se revirtió pues se incrementó el número de pasajeros atendidos en 2021 respecto a 2020, sobre todo si se compara los meses de junio de ambos años cuando la diferencia fue de 156.65 % y el promedio enero-junio fue 60% de incremento.

La apertura de la frontera a los viajes no esenciales ha generado altas expectativas sobre la reactivación económica en ambos lados de la frontera; sin embargo, especialistas piden tener cautela y analizar el comportamiento de la demanda y la disponibilidad de bienes y servicios, negocios abiertos y la desaceleración de la economía estadounidense.

José Ignacio Martínez Cortés recordó que hace algunas semanas, la Reserva Federal de Estados Unidos advirtió que se observa una desaceleración de la economía de esa nación, lo cual puede impactar en los ingresos de los estadounidenses y los mexicanos que trabajan allá.

Además, hay otros factores que no hay que perder de vista como la disponibilidad de bienes de consumo que haya en Estados Unidos, debido a problemas en las cadenas de suministros. Mencionó que tan solo la escasez de semiconductores ha afectado a diferentes industrias.

Además, puede influir en la recuperación la velocidad en el tránsito de contenedores hacia Estados Unidos, que durante los últimos meses han registrado retrasos.

Destacó que la reapertura ocurrió previo a la temporada de compras de fin de año, lo cual juega en favor de la reactivación.

Resaltó que un indicador de cómo será la reactivación se dará con el comportamiento de las ventas en el Black Friday que ocurrirá el último viernes de noviembre.

El especialista expuso que en el lado mexicano, la reactivación exitosa de la economía depende de factores como la seguridad, el buen estado de los establecimientos y la calidad en el servicio.

Por su parte Sofía Ramírez llamó la atención en que la reapertura no se va a traducir en automático en el regreso a los niveles de consumo y ventas que se tenían antes de la pandemia en el lado estadounidense, simplemente porque habrá menos mercancías y será tardado el cruce.

La normalización de actividades es una noticia de largo plazo sobre todo para las micro, pequeñas y medianas empresas en ambos lados de la frontera donde vive una comunidad, abundó.

En su opinión, uno de los grandes retos de la reapertura es definir cuántos carriles van a abrir en las garitas, lo cual dependerá de la disponibilidad de personal de migración, ya que en los últimos meses fueron reasignados a labores en campo debido al incremento en el número de personas tratando de internarse ilegalmente a ese país.

Recalcó que tendrá que ser una reapertura muy organizada y progresiva, sobre todo porque la autoridad estadounidense tiene la necesidad de no descuidar los puntos por donde intentan cruzar las personas sin documentos.

En ese sentido Gustavo de la Fuente, director ejecutivo de Smart Border Coalition, manifestó que será importante estar monitoreando la reapertura y dijo que para agilizar el cruce es necesario que los viajeros cooperen con la autoridad, tengan sus documentos a la mano, incluido su comprobante de estar vacunado y haber llenado previamente el formulario I-94 del Departamento de Seguridad Nacional.

Además, las autoridades de tránsito de los municipios fronterizos deben hacer su trabajo para que el acceso a las garitas sea ordenado y seguro.

Expuso que el reto es agilizar el cruce, lo cual implica hacer algunos cambios en los procedimientos, utilizar nuevas tecnologías y ser más cooperativo con la autoridad y tolerantes entre viajeros.

La reapertura de la frontera a viajes no esenciales generó altas expectativas a las comunidades de migrantes indocumentados, tanto los que aguardan a lo largo de la frontera, como los que van en camino, expuso María Giner de los Ríos Parga, analista en temas de migración.

Indicó que el anuncio se convirtió en un incentivo para acercarse a la frontera tanto en los migrantes que se encuentran en el sur del territorio nacional, como los que se encuentran en tránsito en centro y Sudamérica rumbo a México.

Recordó que en temporada de invierno se incrementan los intentos de cruzar ilegalmente por zonas desérticas.

José Ascención Moreno Mena, presidente de la Coalición Pro-Defensa del Migrante, con sede en Tijuana, Baja California recordó que desde que llegó Joe Biden a la presidencia de Estados Unidos, se generó la idea entre los migrantes que podrían ingresar a ese país.

Ahora, con el anuncio que se reabrirá la frontera para viajes no esenciales, los migrantes que esperan en Tijuana guardan la esperanza de poder entrar ellos también, aunque oficialmente no ha habido alguna señal desde la autoridad que apunte en ese sentido.

Denunció que personas “con ciertos intereses” les han estado dando ese tipo de información equivocada, aprovechando la esperanza de esas personas.

Tan solo en la zona de El Chaparral permanece un campamento que se habilitó improvisadamente donde hay alrededor de 1,500 personas, en su mayoría las que aguardan que avance su trámite de asilo desde hace ya varios meses.

El especialista comentó que se calcula que hay una lista de alrededor de 600,000 personas que solicitaron el trámite.

Dijo que un grupo importante de migrantes que siguen llegando a esta frontera son los haitianos que guardan la esperanza que pueda abrirse un programa especial de refugio temporal para que puedan ser recibidos en Estados Unidos debido a la situación que hay en su país.

Además, en Tijuana hay un número importante de cubanos y venezolanos que esperan una oportunidad para entrar.

Moreno Mena mencionó que en las últimas semanas los albergues se están saturando poco a poco, con todo y que en los últimos meses la autoridad abrió dos espacios más.

Dijo que si bien no hay cifras oficiales en la materia, en Tijuana hay alrededor de 7,000 personas, unos 3,000 menos de los que había antes del inicio de la pandemia.

Comentó que en Tijuana hay alrededor de 32 albergues atendidos por organizaciones sociales y 15 más administrados por iglesias. Juntos tienen capacidad para atender alrededor de 5,000 personas.

Por otra parte llamó la atención que en los últimos meses se ha incrementado la llegada a Tijuana del número de migrantes mexicanos desplazados, de los cuales la mayoría no llegan a albergues, sino con conocidos en la ciudad, por lo cual no se tiene un cálculo preciso de cuántos son.

De acuerdo con el Departamento de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, actualmente ocurren en la frontera de Tijuana el equivalente a 90% de los cruces que ocurrían antes de que iniciara la pandemia y esperan que la demanda se incremente 30% a partir de este lunes 8 de noviembre.

La ciudad entera se declara lista para recuperar su cotidianidad, aunque hay quienes están enojados, como los alrededor de 90,000 personas que fueron vacunadas contra la Covid-19 con el biológico chino Cansino, principalmente docentes y personas de la tercera edad, quienes no podrán viajar a Estados Unidos, ya que se trata de una vacuna no aceptada todavía por la Organización Mundial de la Salud y por lo tanto, tampoco por el vecino país del norte.

Marco Valenzuela se alista a salir de su casa más temprano que lo que ya se había convertido en costumbre. La nueva realidad comienza mañana en la frontera norte de México.(Con información de El Economista)