Hasta 50 personas han desaparecido misteriosamente este año después de iniciar viajes de tres horas en automóvil entre Monterrey y Nuevo Laredo en la llamada “carretera de la muerte”
NUEVO LAREDO, TAMAULIPAS.- Hasta 50 personas han desaparecido misteriosamente este año después de iniciar viajes de tres horas en coche entre la urbe industrial mexicana de Monterrey y la ciudad de Nuevo Laredo, fronteriza con Estados Unidos, en un tramo de carretera muy transitado que los medios de comunicación locales han bautizado como la carretera de la muerte.
Las familias dicen que sus integrantes simplemente se desvanecieron. Las desapariciones, y el tiroteo de la semana pasada contra 15 transeúntes aparentemente inocentes en Reynosa, indican que México está volviendo a los oscuros días de la guerra contra el narcotráfico de 2006 a 2012, cuando los pistoleros de los cárteles solían atacar tanto a personas comunes y corrientes como entre ellos mismos.
Ya no es entre ellos, los cárteles están atacando a la ciudadanía, aseguró la activista Angélica Orozco.
Se cree que hasta media decena de los desaparecidos en la carretera son ciudadanos o residentes de Estados Unidos, aunque la embajada de Estados Unidos en México no pudo confirmar su estatus. Uno, José de Jesús Gómez, residente de Irving, Texas, supuestamente desapareció en esa carretera el 3 de junio.
Se cree que la mayoría de las víctimas desaparecieron al acercarse o salir de Nuevo Laredo, dominada por los cárteles, ciudad que hace frontera con Laredo, Texas. Alrededor de media decena de hombres han reaparecido vivos, golpeados brutalmente, y lo único que dijeron es que hombres armados los obligaron a detenerse en la carretera y que se llevaron sus vehículos.
Lo que le sucedió al resto, incluida una mujer y sus dos hijos pequeños, sigue siendo un misterio. La mayoría eran residentes del estado de Nuevo León, donde se encuentra Monterrey. Desesperados por respuestas, familiares de los desaparecidos tomaron las calles de Monterrey el jueves para protestar, exigiendo respuestas.
Orozco, miembro de la organización Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos, dijo que los secuestros parecen marcar un regreso a los peores días de la guerra contra las drogas en México, como en 2011, cuando hombres armados de un cártel del vecino estado de Tamaulipas sacaron a pasajeros inocentes de autobuses para que lucharan entre sí hasta la muerte, con mazos.
Entonces, como ahora, políticos y fiscales han dado pocas respuestas a las familias de los desaparecidos.
Ya después de las desapariciones del 2010-2011, no pueden seguir con las mismas excusas de hace 10 años, dijo Orozco. Sin embargo, agregó, siguen con el mismo discurso.
Se supone que han creado instituciones, procedimientos, pero se repite la historia de que las autoridades no hacen nada, lamentó.