Por Pamela Cruz

CIUDAD DE MéXICO.- La Relación entre México y Estados Unidos continúa en un momento definitorio, pero mejor que como inició en 2017, ya que existe una comunicación más fluida pese a diferencias por demás conocidas, aseguró el embajador de México en Estados Unidos, Gerónimo Gutiérrez Fernández.

“Estamos mejor de cuando inició el año pasado, existe una comunicación más fluida y persisten diferencias muy importantes que son públicas y conocidas, pero en las cuales las partes se están evocando a resolver, creo que incluso hemos encontrado algunos puntos de coincidencia”, refirió el diplomático.

En entrevista con Notimex, el funcionario destacó que entre ambos países existe una mayor estabilidad en la agenda, “y hay una fluidez muy clara en el dialogo, lo cual no significa que estemos viendo las cosas igual, pero sí que nos estamos comunicando permanentemente para resolver diferencias”.

El ex director gerente del Banco de Desarrollo para América del Norte (BDAN) subrayó que la relación bilateral es bien importante para los dos países, “creo que el mexicano y el estadounidense promedio lo que quieren es una relación que funcione para ambos y que sea respetuosa”.

“Siempre va a haber diferencias porque es una relación basta, con muchos temas, con algunos antecedentes históricos, siempre va a haber diferencias y dificultades, pero la tendencia de la relación ha sido buena, y creo que puede seguir siendo buena”, agregó.

Entrevistado en el marco de la XXIX Reunión de Embajadores y Cónsules 2018, destacó que “lo que vemos en lo más inmediato es poder mantener el nivel de dialogo y respeto que se ha mantenido en lo general a lo largo de 2017, para que las discusiones y negociaciones sean esencialmente serias, técnicas y profesionales”.

Además refirió que ante las elecciones que se llevarán a cabo en julio, se debe evitar en la medida de lo posible que la relación se politice innecesariamente, “siempre cuando hay procesos electorales hay mayor efervescencia política, y es natural que una relación tan importante forme parte del debate, esa es la realidad".

Y es que ambos países enfrentan retos, donde el funcionario destacó que lo primero es mantener en todo momento una relación respetuosa, asegurar que lo que venga de la administración estadounidense sea claramente con respeto a nuestro país y a los mexicanos.

Lo anterior, sobre todo después de una narrativa que fue muy difícil entre 2016 y parte del año pasado, “es un reto importante, queremos una relación que funcione, que sea respetuosa”.

El segundo reto, dijo, tiene que ver sobre todo con la sustancia de los temas, que es sin duda llegar a acuerdos en materia comercial, continuar el dialogo en materia de seguridad, y asegurar que lo que se está haciendo en la materia sirva a ambos países para disrumpir el modelo de negocios de las organizaciones del crimen organizado trasnacional.

Pero sobre todo, destacó que lo más inmediato es encontrar una solución para los beneficiarios de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA por sus siglas en inglés), y poder establecer mejores mecanismos que permitan la movilidad, sobretodo laboral entre ambos países.

En el caso de DACA, detalló que el gobierno de México tiene una obligación legal y moral de apoyar en lo que es conducente a estas mujeres y hombres jóvenes, debido a que 79 por ciento de ellos son de origen mexicano.

“La realidad es que son gente que tiene mucho mérito, que ha logrado cosas importantes en condiciones muy difíciles, que México mucho se beneficiaria de tener de regreso, que son mexicanos de origen, pero que se sienten, al menos, estadounidenses por decisión”, puntualizó.

Ante ello, aseguró que a lo largo de estos meses se ha mantenido un contacto con distintos actores para poder transmitir cuál es la posición de México, y se han tenido diferentes conversaciones entre distintos actores de la propia administración de estadounidenses al congreso en ambos partidos, para poder encontrar una solución legislativa en una primera instancia.

Lo anterior, precisó, como parte del programa presupuestal que se tiene que decidir el 24 de enero, y si no, a través de otra acción legislativa entre esa fecha y el 6 de marzo, que es cuando empiezan a vencer los permisos de trabajo.