Y es que… más de la mitad de los propósitos que tenemos en mente para estas próximas fechas, son los mismo que nos propusimos hace un año.
El fin de año esta casi a la vuelta de la esquina y con ello nuestra lista de propósitos, esos que el 31 a media noche y con las uvas decimos que realizaremos durante el año, incluso los comenzamos de maravilla, pero al final se quedan en el camino.
Esta tradición nació en el antiguo Babilonia (Hoy Irak) en el año 2000 a.C., ellos al igual que nosotros buscaban cambiar sus rutinas de vida durante los 365 días del año venidero, así como dejar vicios y perdonar a los enemigos.
Al igual que ellos nuestras listas de propósitos de Año Nuevo, hay muchos deseos sobre ser mejores personas, perdonar, etc, pero los que aquí enlistamos son los más comunes y más de uno te sonará familiar.
- Hacer ejercicio.
- Bajar de peso.
- Dejar de fumar/algún vicio.
- Mejorar la alimentación.
- Terminar algún proyecto.
- Aprender otro idioma.
- Viajar.
- No estresarse tanto.
- Ahorrar más.
- Leer más
- Comprar un automóvil
- Comprar una casa/departamento
Pero. ¿Por qué fracasamos al intentar llevarlos a cabo? La respuesta es porque al tener una larga lista no logramos concentrarnos en uno, por lo que no ajustamos los propósitos a nuestras posibilidades, y al no tener equilibrio lo vemos como un verdadero reto.
Así que ya lo sabes, para poder cumplirlos piensa en que estos se vuelvan tu objetivo y trabaja en ellos durante el año, pues solo el 12% de las personas realiza el cien por ciento de sus propósitos de año nuevo.