El funcionario federal añadió que “si vemos el tema de la inseguridad estamos obligados a reconocer que es una tragedia que lleva décadas”.
CDMX.- El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño, reconoció que después del Operativo Culiacán, en el que se detuvo y liberó al presunto narcotraficante Ovidio Guzmán, “estamos obligados a revisar y ajustar protocolos de actuación”.
En su comparecencia ante la Comisión de Seguridad Pública del Senado, indicó que en el caso Culiacán “por su peso histórico el país merece la verdad”, por lo que se informará según avance la investigación, y dejó claro que "no cambiaremos versiones si los datos de la investigación no nos obligan a hacerlo”.
Sostuvo que “no tenemos nada que ocultar” porque se trabaja con transparencia, y que la información que al principio se expuso correspondió a la información disponible en ese momento.
"Los hechos cambiantes por instantes modificaron la información proporcionada a la opinión pública, pero jamás hubo dolo”, remarcó.
Acompañado por los titulares de Marina, José Rafael Ojeda, y del comandante de la Guardia Nacional, Luis Rodríguez Bucio, reiteró que el gobierno federal determinó en el caso Culiacán que aquello que se encarrilaba a un episodio de guerra y derramamiento de sangre inocente “se resolviera privilegiando la paz pública como lo teníamos instruido por el Presidente de la República”.
Insistió en que el fondo el debate es sobre dos visiones distintas: "la de quienes quieren combatir a la delincuencia organizada a toda costa, caiga quien caiga, y la de quienes pensamos que ya fue suficiente el derramamiento de sangre que desde hace años padecemos.
“La de quienes creen que la sola aplicación de la ley en crudo resolverá el problema y la de quienes consideramos que mientras no se ataque a plenitud las causas que generan la violencia, la inseguridad seguirá presente”, externó Durazo.
Planteó que la estrategia que se aplicó en el pasado basada en el uso de la fuerza policial y militar probó ya sus límites y generó decepciones, pues no hubo logros relevantes en los sexenios en que se aplicó, ya que se detuvieron tantos objetivos prioritarios como se propusieron y se incrementaron el uso de la fuerza y los presupuestos, pero la inseguridad creció de manera exponencial.
El funcionario federal añadió que “si vemos el tema de la inseguridad estamos obligados a reconocer que es una tragedia que lleva décadas”.