“Después de lo de Culiacán, la gente nos sigue teniendo confianza y apoya la estrategia que estamos aplicando”, dijo.
CDMX.- El presidente Andrés Manuel López Obrador reafirmó que la estrategia de su gobierno para enfrentar la inseguridad y la violencia es distinta a la de otros sexenios ya que atiende las causas de esos flagelos, además de que la población la respalda y confía en ella, pese a lo ocurrido la semana pasada en Sinaloa.
“Después de lo de Culiacán, la gente nos sigue teniendo confianza y apoya la estrategia que estamos aplicando”, dijo en su conferencia de prensa matutina, donde sostuvo que en términos cuantitativos para vivir en paz se necesita que haya bienestar, lo que representa un 80 por ciento, mientras que el 20 por ciento restante es no permitir la corrupción ni la impunidad.
En el Salón Tesorería de Palacio Nacional, López Obrador sostuvo que en seguridad se está cambiando de paradigma y es otra la política que se aplica, “por eso vamos bien, porque hay más bienestar y esto va a ayudarnos para conseguir la paz”, si bien “para la mentalidad autoritaria esto es nada, no funciona, pero nosotros consideramos que sí”.
Al respecto, el mandatario federal refirió la última encuesta del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) sobre percepción de seguridad, que -dijo- "no está cuchareada", pero “pasó de noche”, y en ella se establece que la gente tiene confianza en su estrategia.
“Claro, la encuesta, se dirá, se hizo, se levantó antes de lo de Culiacán; yo les diría que aún con lo de Culiacán la gente nos sigue teniendo confianza y apoya y respalda la estrategia que estamos aplicando”, recalcó.
Insistió en que frente a una política equivocada del pasado, en donde predominó un alto índice de letalidad, va bien su estrategia y se avanza para lograr la paz y la tranquilidad, “imagínense, dejar a los jóvenes sin opciones, llamarles ninis... No hacer nada por ellos y cuando ya los jóvenes tomaban el camino de las conductas antisociales, a masacrarlos".
El jefe del Ejecutivo federal refirió que nada se habla de órdenes que se dieron en anteriores gestiones “desde arriba, de limpiar, de barrer, de ajusticiar y refirió que tan solo en tres años del gobierno del panista Felipe Calderón 160 militares y marinos fueron asesinados, mientras que en el sexenio 50 por ciento fue en enfrentamientos, “era una guerra”.
En ese sentido cuestionó: ¿Eso es lo que añoran?, ¿Eso es lo que quisieran que lleváramos a cabo?, y con gráficas en una pantalla comparó el índice de letalidad de uno y otro sexenio.
Señalando los puntos de las gráficas afirmó que “sí hay diferencias, es un cambio de paradigma. No es la guerra, es enfrentar el problema de la inseguridad y de la violencia de otra forma”.
Recriminó a sus opositores que “a esto le llaman cobardía, falta de pantalones, de carácter, humillación. Acepto todo, prefiero esto. Quiero tener mi conciencia tranquila, quiero dormir en paz y, además, no poner en riesgo la vida de los mexicanos y no quiero que haya daños colaterales, no quiero que se afecte a los ciudadanos. Esta política no va a cambiar”.
Respaldó lo dicho por los integrantes de su gabinete de seguridad al señalar que la tendencia de delitos ya no va al alza en su administración, sobre todo el robo a vehículos, al cual disminuyó, aunque acotó que “no se puede bajar de la noche a la mañana”.