Hay riesgo de resbalar, de perder el equilibrio, de un repentino cambio de opinión del suicida que implique una doble caída. Hay miedo, frustración y desesperación.
Redacción/ HIPTEX
TIJUANA.- Ayudar al paciente que pende de un puente dándole la mano para que suba la estructura y ponga a salvo su vida, aunque eso implique poner en riesgo la propia seguridad.
Hacerlo consciente del peligro que conlleva para la propia vida, pero sin desdeñar que es necesario confiar en un desconocido en crisis, que se abre tratando de desechar el pensamiento de que acabar con su existencia es la única salida a su alcance y ha confiado en otro desconocido que trata de ayudarlo.
Hay riesgo de resbalar, de perder el equilibrio, de un repentino cambio de opinión del suicida que implique una doble caída. Hay miedo, frustración y desesperación.
Sin embargo, hasta eso involucra la labor de un interventor en crisis en intentos de suicidio, cada vez más frecuentes y como el que ayer protagonizó un joven en el puente del Hospital General Regional Número Uno del IMSS, mismo que captó la atención de miles de personas que siguieron en vivo transmisiones sobre el caso en redes sociales.
Para Carlos Muñoz Covarrubias, quien intervino durante alrededor de tres horas y media en la negociación con el hombre que confió en él y finalmente desistió de lanzarse del puente, el hecho de darle la mano fue el momento emblemático de la intervención, donde insiste no trabajó solo, sino en equipo con el resto del personal de UMAS y de otros servicios de emergencia en la escena.
Así, con toda la adrenalina y satisfacción que implica haber convencido al paciente de la existencia de otras alternativas y de que el quitarse la vida no era una de ellas, Carlos Muñoz terminó su labor de 24 horas del martes y continuó su turno atendiendo otras emergencias.
Ese intento de suicidio no fue el único de la jornada, aunque sí el más visible. Tampoco será el último que requiera la intervención de Carlos o de otro profesional como él.
La mañana de este miércoles, Carlos asistió a compartir su experiencia al noticiero matutino de HIPTEX que conduce Alberto Sarmiento y convencido de que el resultado no proviene de la tarea de un solo hombre, se hizo acompañar del resto de los integrantes de UMAS.
Carlos declina considerarse héroe y otorga una detallada explicación sobre sus motivaciones y compromisos como interventor en crisis de la Unidad Municipal de Apoyo Social (UMAS).
La unidad actúa tanto en momentos tan dramáticos como los intentos de suicidio y atención a víctimas de siniestros, como en apoyo a pacientes con enfermedad mental y se convierte en la liga de afectados con autoridades para solicitar apoyos.
Aún así, su futuro es incierto con el cambio de administración municipal, pues aún no se sabe si continuará tras seis años de funcionamiento y origen en un gobierno panista.
“Yo no acepto el calificativo de héroe, es compromiso con la sociedad”, sostiene Carlos y subraya que es parte de una labor, de un compromiso de todos los involucrados con la atención al paciente.
“Es una manera de retribuir a la sociedad todo lo bueno que me ha dado, preparación profesional, trabajo, casa”, pero también de cambiar el paradigma de los servicios preventivos, de la atención pública y de percepción de quienes ven al servidor público como corrupto o que trata mal.
“Da felicidad que la gente diga: ‘más gente como Carlos’, pero aquí estamos todos, haciendo lo mismo con sentido humano y de manera profesional”.
No nos cuesta nada ser empáticos, si no nos ha pasado una crisis, en el transcurso de nuestra vida es muy posible que nos suceda, acota.
Es triste que las personas vean en el suicidio la única solución a su problema que generalmente no es algo repentino sino una gota que derrama el vaso tras mucho tiempo, incluso años.
La tarea, afirma, es mostrar al paciente una salida diferente a la que él tiene a la vista.
Desafortunadamente, las personas sin importar lo que hagas pueden fallecer. Los pacientes son impredecibles y la escena puede cambiar de un momento a otro, pero lo más importante es que las 24 horas, los 365 días del año, hay una persona preparada y profesional para brindarte ayuda. (lgs)